Al final caminaron hombro con hombro, y un mundo de observadores aficionados de la realeza respiraron con alivio.
Después de un largo, solitario y en ocasiones muy difícil año marcado por los desencuentros, el enfado y el resentimiento, los príncipes Guillermo y Harry se volvieron a reunir finalmente en el funeral de su abuelo el príncipe Felipe, duque de Edimburgo.
Mientras caminaban solemnemente detrás del ataúd de su abuelo el pasado sábado, en una de las más conmovedoras y emocionales procesiones de la historia de la realeza, era difícil no pensar en el paseo que hicieron hace 24 años por el funeral de su madre, la princesa Diana. Y mientras el sol de la primavera iluminó el castillo de Windsor en todo su esplendor, podíamos imaginar que la princesa Diana estaría encantada viendo a sus queridos hijos reunidos de nuevo.
No ha sido un reencuentro fácil, y para el príncipe Harry, que voló desde California para el funeral hace tan solo una semana, para poder adherirse a las estrictas medidas de cuarentena, no fue el regreso a casa que alguien hubiera querido. Aunque no del todo inesperada -Felipe tenía 99 años y había pasado un mes en el hospital las semanas anteriores a su muerte- su deceso fue repentino. El duelo se veía en las caras de cada uno de los miembros de la familia el pasado sábado, pero un rayo de luz en un día muy triste; dos hermanos que en el pasado compartieron un vínculo irrompible se volvieron a reunir, aunque fuera de forma breve.
Por parte de la reina Isabel II, que fue la imagen de la soledad sentada sola en la capilla de San Jorge, las instrucciones para Guillermo y Harry habían sido claras: enterrad el hacha de guerra al menos por un día, y gracias a Dios lo hicieron. Eso hizo posible que el enfoque del funeral y las horas de comentarios en páginas de periódicos se centraran, de forma justa, en la gran vida del duque, sus notables logros y el increíble legado que deja. Se dice que Felipe estaba muy disgustado por que sus nietos se hubieran peleado y, sin duda, le habría encantado que, incluso aunque fuera solo por guardar las apariencias, Guillermo y Harry pusieran sus diferencias a un lado en un día tan importante.
Sabiendo que sería una reunión potencialmente tensa, había un plan para mantener a Guillermo y Harry separados durante la procesión. Su primo Peter Phillips caminó en medio de ambos mientras que seguían el cortejo desde la entrada de estado del castillo de Windsor hasta la plaza de la capilla de San Jorge, pero mientras la procesión avanzaba de forma solemne detrás del coche fúnebre modificado personalmente por el príncipe Felipe, Peter (el hijo mayor de la princesa Ana), se quedó dos pasos por detrás y permitió que los príncipes caminaran uno al lado del otro.
Una vez dentro de la capilla se podía sentir la pena. Guillermo, con la mandíbula apretada, como suele suceder en momentos intensamente difíciles, se sentó directamente enfrente de Harry, quien estaba solo. Fuentes cercanas a Harry comentan que estaba nervioso por volver a casa y asistir al funeral, la emoción del día y lo que podría significar el volver a ver a Guillermo. Hubo señales de ese nerviosismo, como la forma en la que golpeaba ansiosamente la orden de servicio contra su pierna y miraba a lo lejos sin saber muy bien a dónde mirar, pareciendo casi preocupado por cruzarse con la mirada de Guillermo al otro lado del pasillo.
Como era de esperar fue Kate, la duquesa de Cambridge, quien en ocasiones anteriores ya había hecho como mediadora entre los hermanos, quien instigó la tan ansiada tregua tras la misa. Mientras Guillermo charlaba con el decano de Westminster en la puerta de la capilla, ella entabló conversación con Harry. Debido a las mascarillas es imposible saber qué dijeron, pero de alguna forma Kate consiguió calmar un momento muy tenso y difícil.
Se ha hablado mucho de este reencuentro y nadie sabía exactamente qué sucedería. Durante la semana pasada, mientras que su mujer embarazada Meghan Markle era forzada a permanecer en casa como consejo del médico, Harry estuvo autoaislándose en Windsor. Se cree que se vio con su abuela por los jardines de Frogmore Cottage el pasado viernes, mientras que la reina paseaba a sus nuevos perros, pero la reunión con Guillermo no sucedió hasta el sábado por la mañana, antes del funeral.
“En este caso la reina les dijo que dejaran a un lado sus diferencias por el bien de la familia”, comenta una amistad de la familia. “Guillermo y otros miembros de la familia están muy afectados por algunas de las cosas que Harry y Meghan dijeron en la entrevista con Oprah y necesitan hablar las cosas, pero este no era el momento y todo el mundo lo respetó. Va a hacer falta algo más que un velatorio para resolverlo todo, pero ha sido un comienzo esperanzador”.
Sin haber perdonado a su hermano menor por la forma en la que anunció que él y Meghan se retiran como miembros senior de la realeza, se cree que Guillermo estaba indignado por las incendiarias afirmaciones que la pareja hizo en la explosiva entrevista con Oprah Winfrey del mes pasado. El príncipe Harry se ha enfrentado a la frialdad de muchos miembros de su familia, tal y como afirma una amistad de la misma, “Harry se quedó aislado de la familia después de lo de Oprah y entonces cuando los detalles de las conversaciones familiares privadas fueron filtrados a Gayle King entonces fue la gota que colmó el vaso. Algunos miembros de la familia no pueden creer lo que ha hecho, pero hay una sensación de que con la muerte del duque la familia se ha vuelto a unir, y tienen que tener conversaciones”.
Cuándo se llevarán a cabo esas conversaciones está aún por ver. Vanity Fair ha podido saber que el príncipe de Gales pasó tiempo a solas con Harry paseando por los jardines privados de la reina tras la misa del sábado. Guillermo estuvo invitado a unirse a ellos. El príncipe Carlos, según dicen las fuentes cercanas a la familia, está “desesperado” por reconciliarse con su hijo, mientras que Guillermo, quien es más cauto y duda, ha lanzado esperanzas de que su relación pueda mejorar con el tiempo.
“Guillermo necesita saber que puede confiar en Harry y que sus conversaciones privada seguirán siéndolo”, añade la fuente.
El tiempo que tengan para hablar dependerá del programa de Harry. Se espera que vuelva a Los Ángeles hoy mismo (lunes) porque quiere volver a reunirse con Meghan “Harry se sintió fatal dejando a Meghan sola, ha sido muy difícil y quiere volver con ella tan pronto como pueda”. Una vez de vuelta en Estados Unidos tendrá que guardar cuarentena durante otra semana y dar negativo en una prueba de covid antes de reunirse con su mujer.
Varias fuentes confirmaron a Vanity Fair que Meghan, quien se cree que debe estar embarazada de unos siete meses con una niña, vio la misa por televisión el sábado y escribió a mano una carta de su parte y la de Harry, que se colocó junto a su corona de flores en el césped de fuera de la capilla de San Jorge.
Artículo publicado en Vanityfair.com y traducido. Acceda al original aquí.
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