Tatiana Blatnik, mujer de Nicolás de Grecia, es aficionada a compartir percances domésticos en Instagram. El pasado mes de noviembre nos mostraba una faceta desconocida de su marido: la de mécanico. Tras una avería de su vehículo, el príncipe heleno se vistió con mono –sin olvidarse de la preceptiva mascarilla– y se puso manos a la obra. “Sí, este es mi marido intentando arreglar mi coche”, bromeaba ella en una foto que subió de Nicolás tirado en el suelo al lado del automóvil. Ahora, Tatiana ha empezado la semana con un percance bastante más serio en la cocina.
Blatnik ha sido la principal afectada puesto que, tal y como ella misma cuenta en su publicación, a lo mejor se ha pasado con “la emoción en la cocina este fin de semana”. En ella, la princesa aparece con el brazo escayolado y vendado hasta el dedo pulgar, parte que parece haber sido la más perjudicada por los comentarios que ella misma añade en tono de guasa. “Irónicamente, hoy es #MindfulMonday y me voy con estas lecciones: 1. ¡Ten cuidado, especialmente en la cocina!. 2. Cuida todas tus bendiciones, ¡incluidos los pulgares! ¡Nunca me había dado cuenta de cuánto los usamos, hasta ahora!”.
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Pero el accidente doméstico parece haberse quedado en un susto, puesto que Blatnik ha recibido la mejor de las atenciones y todo ha salido bien. “Estoy extremadamente agradecida con el increíble equipo que me ha hecho sentir segura mientras entraba a mi primera operación y me ponía mi primera escayola (a pesar de mi insistencia, necesitaba mi mano y no la quería)”, explica también en la publicación.
Otro incidente sufrió también una vez terminado el verano, en un viaje que decidió realizar por las islas griegas. Al parecer, para llegar a la isla de Citera -imposible de encontrar según una canción griega-, la venezolana sufrió una serie de desdichas (intoxicación alimentaria, tormentas, un ferry estropeado), que sin embargo no le impidieron pasar unas vacaciones de ensueño. Blatnik tuvo tiempo para navegar, pasear, contemplar la belleza del mar y vivir una “experiencia mágica” junto a su marido y a su perro.
Este verano, Nicolás celebró una fiesta de cumpleaños para ella, en la que dieron la bienvenida a sus 40. Una celebración en la que, a pesar de que a la princesa no le gusta ser el centro de atención, sí que disfrutó vendándose los ojos para darle a una piñata, dados los emotivos agradecimientos que dedicó también en redes sociales (qué raro) a todos los invitados. Donde no le importa nada acaparar protagonismo es en redes sociales: en su Instagram atesora casi 50.000 seguidores. También disfruta derrochando estilo –como tantas otras princesas– y siendo igual de solidaria que muchos otros miembros de su familia.
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