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Camilo Sesto ha sido importantísimo para la historia de la música no solo española sino de toda Latinoamérica. Ha sido y es -porque eso no acaba en un día- un artista que ha hecho una aportación esencial y duradera. Todo lo que se puede decir de su figura de cantante está demostrado por él mismo, con su voz prodigiosa, pero además era una bellísima persona y un gran amigo.
La pérdida es enorme, irreparable. Tenía una personalidad marcada -todos tenemos la nuestra- y esa fuerza explica también que haya llegado a tanta gente, en tantos lugares y durante tanto tiempo. Sus canciones han calado muy hondo. Es la banda sonora de varias generaciones, ya por lo menos cuatro.
Yo siento personalmente la pérdida del amigo por el que toda la familia -mi mujer le quería muchísimo- hemos sentido gran afecto. Siempre estuvo muy ligado a nosotros. Era una persona de una bondad superlativa. La prueba de lo maravilloso ser humano que era está en cómo se portó conmigo cuando estuve enfermo, siempre cercano y pendiente.
Con él y el recordado Nino Bravo -que lamentablemente murió tan pronto- ayudamos a configurar una época de la música. Es un vacío muy grande el que nos deja Camilo Sesto, pero también pienso: qué bueno que haya existido. El vacío lo llenará su música, que existirá sin duda por muchos años.
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