Si hay una prenda que ha renacido con fuerza durante el confinamiento esa es, sin duda alguna, los leggings. Asociados tradicionalmente al deporte y a los momentos más relajados, han dejado atrás cualquiera de sus connotaciones negativas para colarse en nuestros armarios de forma definitiva. Ninguna olvidará esos leggings negros un poco palazzo que se convirtieron en el traje elegante de teletrabajo; seguiremos poniéndonos aquellos con los que salíamos a pasear al perro y con los que ahora corremos y volveremos a recuperar las mallas que se convirtieron en el uniforme más cómodo para practicar yoga. Esos pantalones sencillos y humildes, que nacieron sin ninguna pretensión más que la de la funcionalidad, cobran un nuevo significado a las puertas del verano de 2020 y todo apunta que se quedarán en nuestros corazones (y en nuestros armarios) durante muchas temporadas más.
Si teletrabajar en pijama ha sido –y continúa siendo– el acto más liberador de esta primavera y la ropa de estar por casa se ha convertido en “ropa” a secas, ¿alcanzarán las mallas ajustadas y elásticas las mismas cotas de popularidad que los universales pantalones vaqueros? Todo apunta que el regreso a lo esencial que hemos experimentado durante estos últimos dos meses, cambiará nuestros hábitos estilísticos durante al menos, todo este año. El estar libres de juicios y miradas ajenas, la obligación de pasar largas horas en casa y la necesidad de recurrir a piezas que priman la comodidad por encima de todo lo demás, ha provocado que muchas hayamos renunciado a las camisas de mangas abullonadas y abracemos las siluetas oversized y masculinas y cambiemos los vaqueros por los pantalones de chándal.
© Cortesía de Bershka
Leggings de ciclista, de Bershka. COMPRAR
Pero si, de entre todas las posibilidades, tuviésemos que elegir, nos quedaríamos con las mallas de flores que Oysho ha sacado en tres largos diferentes y que se han agotado en algunas tallas en tiempo record. Consciente del poder evocador de las flores –sobre todo con la llegada del buen tiempo–, la firma gallega arriesgó con una silueta estampada que lo mismo vale para estar cómoda en casa, para una noche de Netflix o para estrenarlos –y combinarlos– como si fuesen unos pantalones. En esta línea, Bershka ha hecho lo propio y el resultado es, nuevamente, tentador.
© Cortesía de Bershka
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En este caso, no son las flores sino el estampado más optimista de la primavera –el tye die–, el que aterriza sobre los pantalones que amenazan con erigirse en los más virales de la estación estival. Y, además, son los propios estilistas de la marca los que, al combinarlos con un corsé de tela vaquera, nos recuerdan que el verano de 2020 será recordado por ser aquel en el que los leggings dejaron de ser solamente unas mallas elásticas para hacer deporte y reivindicaron todas sus posibilidades.
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