Miriam Sánchez: “No echo de menos mi físico de antes ni voy a volver a ser una esclava sexual”

Era una de las musas de la televisión y de la noche a la mañana desapareció. ¿Es un juguete roto? ¿Está arruinada? ¿Vive aislada? Por fin la protagonista rompe su silencio y en una entrevista valiente y sincera pone nombre a todo. Miriam Sánchez se abre en canal para que la entendamos.

La conocimos con su seudónimo ‘Lapiedra’, devenido de su etapa dedicada al cine para adultos, donde fue una marioneta en manos de depredadores. Pero logró desligarse de aquel apellido y se apartó de aquel submundo. Hace 10 años era un referente en televisión. Entrevistas en programas del corazón, portadas de revistas y su victoria en ‘Supervivientes’ la catapultaron a la fama. Su relación con el periodista deportivo Pipi Estrada dio comienzo a una vida estable y cumplió el sueño de ser madre.

Comenzó una andadura como colaboradora en programas de televisión y fue, junto a Pipi, el alma de ‘Mujeres y hombres y viceversa’. Eso significó un éxito más pero también el principio y fin de su carrera televisiva.

Su abrupta salida, con demandas y declaraciones cruzadas, hundieron a Miriam. Tras su traumática ruptura con Pipi, rehizo su vida con el bailarín Cristo, del grupo Los Vivancos y se apartó del foco mediático. Pero la ruptura con él, hace dos años, la ha vuelto a llevar a la oscuridad y a un deterioro físico preocupante. En un intento de recuperar la Miriam que fue, se ha sometido a una operación estética.

Hola Miriam, ¿eres un juguete roto?

No me considero un juguete roto. Hay gente que se desvive por estar en el foco mediático. Yo no. Me han llamado muchas veces para hablar de mí o de otras personas y he sido yo quien no ha querido.

¿Cómo estás?

Como todos, un poco reventada de la vida. Sobreviviendo, intentando vivir y dejar vivir.

Se ha especulado sobre tu salud, tu estado de ánimo…

He tenido una depresión. Diagnosticada y medicada.

«Estoy aprendiendo a valorarme y quererme. Me culpo por no quererme más»

¿Crees que eres víctima de tu pasado?

Al principio me utilizaron. Era muy joven y fácilmente influenciable. No tenía arraigo familiar. Empecé en el cine para adultos sin saber lo que hacía. Yo creo que no tener un referente materno me ha causado un vacío que aún no he superado. Con 17 años mi madre desapareció y con mi padre he tenido una relación difícil.

Los hombres que te has cruzado no te han ayudado…

He sabido elegir mal. No me reconozco en mucha parte de mi vida. Soy muy dependiente emocionalmente. Con hombres y con amigos me he confiado y me han traicionado. Ahora estoy aprendiendo a valorarme y quererme. Me culpo por no quererme más.

Has dicho claramente que tuviste una depresión…

Tuve una depresión en 2016. Me trataron y medicaron. Aún sigo en tratamiento. Me desgasté, peté. Familiarmente no me entendieron. Estuve muy sola. Pude acabar muy mal pero estoy aquí. Cuando salí de la tele de una manera injusta, nadie me llamaba. Me sentí utilizada, traicionada y muy decepcionada con todos. Nadie dio la cara por mí, sentí que no tenía amigos ni familia ni compañeros. Eso lo arrastraba y en 2016 me derrumbé.

¿Pero qué pasó en 2016?

Tras mi injusta salida de la tele, seguí trabajando, tenía una pareja estable, ofertas profesionales… Pero rompí con mi pareja y un día me di cuenta que no tenía fuerzas. Me daba miedo todo. Cancelé todos mis compromisos.

¿Hablas de tu ruptura con Cristo?

Coincidió con la ruptura pero no creo que sea el principal motivo. Fue la gota que colmó el vaso. La última etapa con Cristo fue difícil. Él daba mucha importancia al físico y yo estaba harta de ser una esclava de la imagen. No sé quién rompió pero ya estaba muerta la relación. Yo engordé y no quería fama y a él le encantaba la fama. Perdimos el deseo sexual. A él le gustaba lo mundano y a mí lo espiritual. Me vio mal y no estuvo a la altura. De cuidarme mucho, hacer deporte, viajar junto a Cristo… empecé a abandonarme, a engordar, tuve trastornos alimentarios graves. Me importaba todo una mierda. Me daba unos atracones de comer horribles. Padecí bulimia sin purga. Comía como un cerdo y no vomitaba. No sé quién rompió. Yo le había echado antes de casa pero nos reconciliamos. Dejé de estar atractiva y Cristo se fue.

¿No estuviste enamorada de Cristo?

Sí, pero el amor duró poco. Luego prolongamos la relación por inercia. Al final no nos soportábamos.

«Nadie dio la cara por mi cuando lo necesité. Aprendí a palos y ahora me cuesta relacionarme».

¿Quién es el hombre de tu vida?

Soy yo misma. He sufrido mucho con todas mis parejas menos con la actual. No he tenido suerte o no he sabido seleccionar. No ha habido hombre de mi vida. Tampoco me pesa.

¿Por qué rechazabas proyectos profesionales?

No estaba preparada. Ahora voy estando más fuerte. Me llamaron para ‘GH VIP’ pero es demasiado intenso. No podría. No debo precipitarme. Ahora soy imagen de la clínica que me ha operado y estoy contenta.

¿Quién te ha apoyado en los peores momentos?

Fernando, mi actual pareja.

Quién es Fernando?

Un chico sencillo, tímido, no le gusta ni la tele ni la fama, y yo le gusté estando gordita y hundida. Me hace reír, me da cariño.

¿Cómo le conociste?

Yo estaba estudiando el curso de tanatocracia, estudié para embalsamar, reconstruir, maquillar… siempre me ha atraído el tema de los cadáveres… Él era camarero en el bar de al lado de donde yo estudiaba. Le conocí, me entendió y me ayudó mucho. Me dio protección.

«Estoy enamorada y feliz. A Fernando le gustaba gordirta»

¿No le importó tu físico, te reconoció?

Claro que me reconoció pero no le importó. Es como David Muñoz con la Pedroche pero a lo bestia, me prepara comidas, y con él engordé más aún. Con él me río mucho, me divierto.

Lo dices con poca pasión… ¿Estás enamorada?

Sí, estoy enamorada y feliz. Sólo quería recalcar que no estaba por mi físico. De hecho, tras la operación me está diciendo que no quiere que me convierta en un bicho raro. Le gustaba como me conoció.

Engordaste y te quitaste las prótesis del pecho.

Y las subasté y vendí. ¡Ja ja ja…! A ver, se encapsularon y me las tuve que quitar. De paso las vendí a un fetichista.

¿Te has operado para volver a ser como antes?

De ninguna manera. No echo de menos mi físico de antes ni voy a volver a ser una esclava del físico. Tenía complejo con el pecho porque me quedé como una chica prepúber. En la operación me han quitado 8 kilos de grasa y me los han puesto en el pecho. Fernando ahora está contento con el resultado pero me ha demostrado que le daba igual. Quiere que esté bien y si esto vale para dar un paso en mi recuperación y subir mi autoestima, lo aplaude.

¿Te casarás con él?

Aún estoy recuperándome, pero creo que sí.

¿Hijos?

¡Ni de coña! A ver, fui madre muy joven. No lo buscaba. No estaba preparada. Fui prácticamente madre soltera. Ahora disfruto mucho con ella, es adorable, guapa inteligente… Prefiero darle todo mi cariño y atención a la que tengo. No tengo instinto maternal, tengo instinto salvaje. Y adoración por mi hija.

«Tengo miedo a que hagan daño a mi hija»

Pipi, el padre de tu hija ¿te ha apoyado?

Prefiero no hablar de Pipi. Quiere ser mi portavoz y no lo es ni quiero que hable de mí. Tengo poco trato con él.

¿Tu familia no te ha apoyado?

Hace dos años que no tengo relación con mi familia. No les reprocho que no hayan estado cuando caí en la depresión. No me entendieron. Adoro a mi padre, porque se ha hecho cargo de mi hija cuando he estado mal. Pero quien me ha ayudado ha sido la familia de Fernando.

¿A qué tienes miedo?

A que me reconozcan. No es que tenga psicosis o pánico a la gente. Es miedo a que hagan daño a mi hija. Hablé con ella hace tiempo y le conté en primera persona todo lo que había hecho. Me quise anticipar a comentarios y ataques que ha vivido. Ha sufrido pero ahora me anima a que vuelva a salir en programas y aproveche. Me dice «yo sería más feliz si salieras y contases tu versión».

¿Estás arruinada?

No estoy arruinada ni tengo problemas. Vivo humildemente, me arreglo con poco. Alguna vez me ha faltado cash, pero sin problema. He ganado mucho dinero y ya no tengo esos ingresos, tengo dos áticos y alquilé uno. Vivo de las rentas. Soy una persona sencilla, no necesito lujos ni coches ni restaurantes caros.

¿Cómo serías feliz?

Marchándome de España, me gusta el Sudeste asiático, donde no me conocen y se vive con poco. Alquilaría mis dos casas y podría vivir muy bien. Estoy muy concienciada con el cambio climático y daría mi vida a una ONG. Pero no dependo de mí. Me gustaría cumplir ese sueño junto a mi hija y con Fernando.

¿Y tu familia?

Del resto de familia no quiero hablar. No los veo. Con mi padre me veo poco, pero es un segundo padre para mi hija. El padre que no fue conmigo. Ha sido tan dulce con mi hija que le perdono todo. Es de otra época, frío, autoritario… gracias a él soy fuerte, luchadora y trabajadora. A mi madre he intentado buscarla. No la veo desde que tenía 17 años. He estado muy cerca de encontrarla pero me da miedo su reacción, que me rechace. Ella nunca ha intentado verme. Y ha sabido que he estado mal. Pero estoy muy espiritual. La echo de menos.

«Soy una persona sencilla, no necesito lujos ni coches ni restaurantes caros»

¿Qué le dirías a tu madre?

«He llegado, mamá, sí, estoy aquí». Me gustaría que me conociese. Me gustaría presentarle a mi hija, a su nieta, que se parece mucho a ella. Mi madre era muy guapa. No la veo desde el siglo pasado.

Se ha hablado también de automedicación y un cambio de metabolismo por ese motivo…

Engordé porque me abandoné. Y no me importaba estar gordita. Y no me importa. No es verdad lo de la automedicación. Estuve medicada por la depresión. Una medicación muy dura pero necesaria. Sigo medicada. Me la van retirando poco a poco. Tuve tratamiento psiquiátrico y psicológico. He superado la depresión y los trastornos alimentarios. Y estoy madurando espiritualmente. Aceptándome, queriéndome.

¿Y tus amigos?

He hecho limpieza de amigos. Tengo 2 o 3. Tengo muchos contactos, pero nadie dio la cara por mi cuando lo necesité. Me han dado tantas hostias que me cuesta abrirme. Aprendí a palos y ahora me cuesta relacionarme. Pienso más las cosas, me he vuelto desconfiada.

¿No te llamaba nadie de la tele?

Carolina Sobe, Ylenia, gente de la redacción de programas en los que estuve… pero personas que pensaba que eran amigos, no. Un día peté, algo en el cerebro hizo ‘click’. Sentía un peso que me hundía. No tenía fuerzas. Cancelé todo. Televisión, teatro, bolos… no podía hacer nada y nadie me tendió la mano. Estaba harta de cánones de belleza, de la vida superficial. Quiero estar bien. Me gusta cómo he quedado después de la operación, pero me importan más otras cosas.

¿Cómo afrontas el futuro?

Solo pienso en mi hija, que no le haga daño nada ni nadie. En darle una buena vida y yo solo quiero llevar una vida anónima y sencilla.

¿No volverías a la tele?

Volvería con tranquilidad. No diría sí a todo. No a lo de antes. Había semanas que entre programas, teatro, bolos, se me olvidaba vivir.

«Me gusta cómo he quedado después de la operación, pero me importan más otras cosas».

¿Qué dirías a la gente que se interesa por ti?

Doy las gracias a quienes me han mostrado tanto cariño. Me siento muy apreciada. Me he animado a hablar por el cariño que he percibido.

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