"Los primeros cuatro meses estaba muerta por dentro". Con estas durísimas palabras Ana Obregón reaparece esta semana en una entrevista exclusiva en la revista ¡Hola! medio año después de la trágica pérdida de su hijo Álex. El pasado 13 de mayo, el corazón de la actriz se rompía en mil pedazos y en este tiempo y hoy trata poco a poco de volver a la vida antes del peor día de su vida. "Todo el dolor que tengo ahora no es un dolor egoísta. Me duele por él, porque él tenía 27 años y quería vivir", comienza la que es sin duda la entrevista más complicada de toda su carrera.
Después de dos años y medio de lucha contra el cáncer, Álex Lequio fallecía en un clínica de Barcelona la pasada primavera. "Yo no creo que pueda aceptar jamás que no pueda volver a abrazar a mi Álex. Me imagino que algún día aceptaré y aprenderé a vivir el resto de mi vida con este dolor", explica. Ana se abre en canal en la charla y refleja el terrible dolor que le ha provocado la pérdida de su hijo. "Una vez hablando con mis hermanas, antes de que pasara todo esto les dije: "Yo no voy a sufrir nunca si le pasara algo a Álex, porque yo, al día siguiente, me voy con él". Y no te voy a mentir. Lo he pensado hacer, me quería ir. No podía soportar el dolor ni la realidad y lo he estado pensando dos o tres meses", confiesa y asegura estar lista para tirar hacia delante por su hijo. "¿Y sabes por qué no me quiero ir? Porque quiero hacer cosas, cosas que Álex quería hacer y no pudo terminar. Quiero seguir su legado", cuenta Ana y explica que quiere llevar a cabo la creación de una fundación para la investigación contra el cáncer.
Ana también explica en la revista que su relación con Alessandro Lequio es mejor que nunca. "Estamos unidísimos, hablamos continuamente, lloramos al teléfono y es increíble porque sé que estamos hablando el mismo idioma (…). Hablamos de Álex… pero yo no he llegado aún al punto de poder recordar anécdotas de mi hijo porque hay demasiado dolor todavía", cuenta y revela por primera vez la noche en la que su hijo tuvo que ser operado y el médico le explicó que le habían descubierto un tumor. "Desde ese día no derramé ni una lágrima. He estado fuerte, he sido la más optimista porque quería que Álex lo viera".
La bióloga recuerda la fortaleza y el sentido del humor de su hijo y su gran lucha incluso en los peores momentos de todo el camino recorrido desde marzo de 2018. "Siempre le dije la verdad, menos al final. Él tampoco preguntaba. Los tres últimos meses de ingreso en el hospital han sido de una crueldad que no se puede explicar. Terribles", recuerda y añade: "Álex era demasiado grande para este mundo. Era un ser de luz (…). El legado de Álex es su actitud y su ejemplo".
Una de las partes más complicadas de la entrevista es en la que Ana recuerda la despedida de su gran amor, su hijo. "Hasta dos días antes yo estaba segura de que se iba a curar (…). Tuve cuarenta y ocho horas para hecerme a la idea de que mi niño se iba para siempre. La última noche se puso Alessandro a un lado de su cama y yo al otro,le agarramos la mano… y así se fue. Yo me quedé mucho tiempo abrazada a él, como cinco horas. Si no llegan mis hermanas no sé qué hubiera hecho", confiesa y cuenta que la primera llamada que recibieron fue la de los reyes Juan Carlos y doña Sofía.
Ana revela además que la decisión de dar las Campanadas la tomó hace tan solo una semana. "No sé si veréis a la Ana más guapa, pero lo que sí vais a ver es el corazón más bonito porque lo estoy trabajando tanto para que se vuelva a unir todo", afirma. Pero sin duda, hay una frase en la entrevista con la que Ana deja claro que el amor de su hijo será eterno. "Nosotros nos vamos a reencontrar, seguro", concluye.
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