Rubén Olmo nació en Sevilla en 1980. Es bailarín y coreógrafo. Desde septiembre de 2019 es el director del Ballet Nacional de España (BNE). Descubrió su pasión por la danza a los nueve años, edad en la que ingresó en el Conservatorio de Sevilla y donde se licenció en Danza Española Danza Clásica en 1996. Ha sido alumno y maestro de grandes figuras: María Pagés, Antonio Canales, Aida Gómez, Rafael Amargo, Víctor Ullate… Además, recibió el Premio Nacional de Danza en 2015, Premio Max (2014), la Zapatilla de plata de Indanza (2012), el Giraldillo de Oro de la Bienal de Flamenco de Sevilla (2010) o el Premio de Interpretación de Danza Pilar López (2007). Sus montajes también han sido premiados: Premio de la Crítica del Festival de Jerez (2019) para ‘Horas contigo’ o el Giraldillo Ciudad de Sevilla (2016) para ‘Toda la vida bailando’.
Hoy Corazón Lolo nació en Vera, provincia de Almería y tiene 13 años. El sufrimiento por la pérdida de su amiga India le ha causado problemas de salud. Rubén, ¿qué ocurrió?
Rubén Olmo India llevaba 14 años conmigo (era una Yorkshire) y cuando falleció, los dos lo sentimos muchísimo. Lolo dio un bajón enorme, se deprimió. Además enfermó. Le hemos tenido que operar hace unos meses de una hernia discal. Vimos que cojeaba y aunque no se quejaba, enseguida le llevamos al veterinario. Le hicieron pruebas y vieron lo que era. Ha tenido que hacer rehabilitación.
H.C. Parece que se ha recuperado muy bien.
R.O. Sí. Y ha ayudado mucho la llegada de Tana, una pequeña labradora que le ha dado vida y le ha puesto las pilas, porque tengo que decirte que Lolo es buenísimo: inocente, cariñoso… La verdad es que hemos tenido mucha suerte con los perros que hemos tenido.
H.C. ¿Es cierto que Lolo es un gran cuidador?
R.O. Te podría contar muchas cosas sobre Lolo, pero hay una que recuerdo y que me impresionó mucho. Bailando me hice una distensión de ligamentos en las dos rodillas y tuve que estar tiempo en casa sin poder andar. Él no se movía de mi lado. Fue impresionante.
H.C. Hablemos de Tana, ¿cómo es ella?
R.O. Llegó con muy pocos meses, es adoptada y tuvimos que ir a Talavera de la Reina a por ella. Se ha tenido que ganar a Lolo, porque al principio la ignoraba. Se ponía a su ladito, jugaba… hasta que él cedió.
H.C. Su profesión le obliga a viajar mucho, ¿con quién se quedan Lolo y Tana?
R.O. Cuando vamos de gira se quedan con mis padres. Siempre he sabido que estaban en las mejores manos. Les dan todo el cariño del mundo.
H.C. Rubén, el pasado año se hizo cargo de la dirección del Ballet Nacional de España. ¿Qué supuso para usted?
R.O. Es un sueño que se ha hecho realidad. A todo coreógrafo, a todo bailarín de la danza española y el flamenco, le gustaría dirigir el Ballet Nacional de España. Es la máxima institución, el ballet que tiene la máxima infraestructura para poder crear. Yo pertenecí al BNE durante muchos años y me recibieron con mucho respeto y volcados en mi trabajo.
H.C. ¿Ha hecho usted muchos cambios o es continuista?
R.O. He cambiado la forma de trabajo como toda dirección cuando entra, pero también he sido continuista en coreografías: Eterna Iberia, Electra de Antonio Najarro.
H.C. El ballet, la danza, ¿es un género que sigue ganando público?
R.O. Sí. Tiene acceso todo el mundo. Hubo épocas que fue más elitista.
H.C. Empezó de muy niño a bailar. ¿Quiénes eran sus referentes?
R.O. Me gustaba Antonio el Bailarín, Gades, Víctor Ullate, del que he sido artista invitado en su Compañía.
H.C. Usted tuvo el apoyo de sus padres desde muy pequeño.
R.O. Mis padres han luchado mucho para que yo pudiera bailar, eso no ocurre siempre. Ellos supieron ver en mí que no era un pasatiempo, que era una carrera, era mi pasión. Yo he bailado desde chiquitito y me llevaron al conservatorio de Danza y a grandes Escuelas: siempre he tenido su apoyo.
H.C. Su pareja también es bailarín (Eduardo Leal). ¿Es muy crítico con usted?
R.O. Es un grandísimo bailarín y coreógrafo. Es crítico en positivo y nos tenemos un gran respeto, fundamental en una pareja artística. Vive el arte conmigo y nos apoyamos mutuamente en nuestros proyectos. Cuando tengo alguna duda lo hablo mucho con él porque es una persona muy terrenal, yo soy más aire. Es el contrapunto, el que sienta mis ideas.
H.C. Estamos pasando momentos difíciles. ¿Cómo afecta esto a su profesión?
R.O. Veníamos de una gran actividad, de un gran éxito en el festival de Jerez. Estuvimos ensayando dos días y me llamaron del Ministerio y paramos. Primero los bailarines y masajistas, que, por el contacto físico, corrían el mayor riesgo. Y luego a todos los departamentos. Tenemos en la cabeza lo que está sufriendo este país y lo que supone el parón para todos los sectores. No solo a nivel artístico y de los teatros… Veremos cuando nos podemos recuperar, no solo en este sino en todos los sectores.
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