Durante unas semanas, los fans de Marvel miraron con preocupación el estancamiento de las negociaciones entre Disney y Sony. Ninguno de los estudios era capaz de ponerse de acuerdo sobre qué hacer con el futuro de Spider-Man en el cine. Hasta que llegó Tom Holland.
El actor que actualmente pone rostro a Peter Parker en el cine fue pieza indispensable de las conversaciones entre los centros de mando de Burbank y Culver City, según cuenta ahora The Hollywood Reporter. Sobre todo, después de que el pasado agosto se enfriara el acuerdo que hasta ahora había posibilitado que el equipo creativo de Marvel Studios liderado por Kevin Feige tuviera cierto control sobre las historias del superhéroe en la gran pantalla.
Por recapitular, Disney y Sony firmaron un acuerdo en 2015 para que Spider-Man, uno de los pocos superhéroes de Marvel que no está bajo el control del estudio de Mickey, pasara a formar parte del Universo Cinematográfico Marvel (MCU) en el que conviven Thor, Iron Man y Capitán América, entre otros. De esa manera, Disney conseguía acceso a uno de los superhéroes más famosos de la cultura popular y Sony abría sus puertas al equipo de Feige que ha conseguido armar la franquicia más exitosa de la historia del cine.
A post shared by Tom Holland (@tomholland2013) on
Aquel acuerdo estipulaba que Feige ejercería de productor en las películas de Spider-Man financiadas y estrenadas por Sony Pictures. Eso incluía Spider-Man: Homecoming y Spider-Man: Lejos de casa. A cambio, Disney podía hacer uso de Holland en películas del MCU como Capitán América: Civil War y Vengadores: Infinity War, se llevaba a las arcas todos los ingresos por merchandising del personaje y un 5 por ciento del primer dólar bruto. Esto es, compartir beneficios desde el primer dólar de la primera entrada vendida y no una vez la película empiece a ser rentable.
Las tornas cambiaron una vez los mandamases de los estudios se pusieron a renegociar el acuerdo de cara a una tercera película. Sony venía de una posición de fuerza por los éxitos cosechados por Spider-Man: Lejos de casa, llevada a cabo con la ayuda de Disney; y de Venom y Spider-Man: Un nuevo universo, producidas por Sony en solitario. Pero lo mismo ocurría con Disney, que con Vengadores: Endgame acababa de estrenar la película más taquillera de todos los tiempos (sin ajustar por inflación). Las exigencias de uno y otro bando estancaron las negociaciones y es ahí cuando intervino Holland.
The Hollywood Reporter cuenta que el actor primero tanteó al jefazo de Sony Pictrues, Tom Rothman, un ejecutivo con una larga reputación de ahorrar hasta el último centavo de cualquier producción bajo su control. Para convencerle de volver a la mesa de negociación, Holland usó su influencia dentro del estudio de Culver City porque también tiene pendiente rodar con ellos una de las mayores apuestas de Sony: la adaptación del exitoso y aclamado videojuego Uncharted en la que Holland pondrá rostro a un joven Nathan Drake.
Tras hablar con Rothman, Holland también contactó con Bob Iger, consejero delegado de The Walt Disney Company y probablemente la persona más poderosa de todo Hollywood. El actor también tiene marcado en el calendario el estreno con Disney de una de las nuevas apuestas originales de Pixar, la cinta animada Onward en la que pone voz a uno de los protagonistas.
Para presionar a los jefazos, Holland se hizo eco de la presión de los fans en redes sociales y del cariño que mostraron los seguidores de Disney por su Spider-Man en la D23 Expo que el estudio celebra en Anaheim, California, cada dos años. Todo salió acorde al plan y Disney y Sony acabaron dejando de lado sus diferencias. Al final, el estudio de Mickey financiará el 25 por ciento de un tercer filme de Spidey a cambio de un 25 por ciento de participaciones en la película y de que la estrella aparezca en al menos una nueva entrega del Universo Cinematográfico Marvel.
Fuente: Leer Artículo Completo