El príncipe Andrés ha perdido el apoyo de la reina, pero no el de su madre. Aunque el pasado miércoles el duque de York se vio obligado a retirarse de la vida pública por su supuesta involucración en el “caso Epstein”, dos días después Isabel II no dudó en salir a montar a caballo con él en el castillo de Windsor, donde fueron fotografiados. Un gesto de apoyo de la monarca al defenestrado príncipe que, lejos de resultar sorprendente, parece confirmar que Andrés de York es el hijo favorito de Isabel II.
Nacido en 1960, Andrés fue el primer hijo que tuvo Isabel II como reina de Inglaterra. En esa época, la monarca había terminado además sus largas giras por los países de la Commonwealth para presentarse como reina. Por lo tanto, pudo implicarse durante una cantidad mayor de tiempo en la crianza de su hijo Andrés, “con el que tiene una afinidad particular”, explicaba recientemente el experto en realeza Richard Fitzwilliams a la cadena CNN. La propia Isabel II fue quien parece ser que le enseñó el alfabeto y a decir correctamente la hora, e incluso solía contarle cuentos por la noche. “Cuando el príncipe Carlos y la princesa Ana nacieron, la reina no pudo pasar todo el tiempo que le gustaría con ellos”, añadía Fitzwilliams.
Por otro lado, el príncipe Andrés nació en un momento en el que se rumoreaba sobre una crisis matrimonial entre la reina y el duque de Edimburgo, llegando incluso a verse obligado el palacio de Buckingham a desmentirlo con un comunicado. El tercer embarazo de Isabel II, por lo tanto, fue visto por muchos analistas como una señal de la fortaleza del matrimonio, cuyo último hijo -la princesa Ana- había nacido 10 años antes.
“Creo que esa relación especial que existe entre madre e hijo nació en ese mismo momento, porque la reina siempre asoció a Andrés con el reinicio de su matrimonio”, opina por ejemplo la biógrafa de la familia real lady Colin Campbell. Que era un niño especial dio también la impresión el nombre elegido por la reina para el bebé, un homenaje al padre de Felipe de Edimburgo, el príncipe Andrés de Grecia, y sobre todo su apellido, siendo Andrés de York el primero que fue bautizado con el apellido de Mountbatten-Windsor y no como Windsor a secas, complaciendo así la reina Isabel II la vieja reivindicación de su consorte.
Ya de mayor, el príncipe Andrés se ganó además la admiración de sus padres al empeñarse en arriesgar su vida para participar en 1982 en la Guerra de las Malvinas. Tres años antes, el IRA había asesinado a lord Mountbatten y, según trascendió luego, la dictadura militar argentina llegó a planear atentar contra la vida del tercer hijo de Isabel II en la isla de Mustique, por lo que la reina se quedó muy preocupada por su hijo. “Fue una época horrible para la reina, así que se llevó un gran alivio cuando el príncipe Andrés regresó sano y salvo”, ha asegurado por su parte el biógrafo Andrew Morton. “A donde quiera que va, la reina todavía sigue llevando en su bolso una foto del príncipe Andrés del día que regresó de la guerra”.
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