Aunque parece que no ha pasado demasiado tiempo (podemos recordar procesos de divorcio tan largos como el que libran desde hace cuatro años Angelina Jolie y Brad Pitt), a Paloma Cuevas se le está haciendo eterna la espera para firmar los papeles con los que poner punto y final definitivo a su relación con Enrique Ponce.
Así lo asegura Paloma García Pelayo en ‘Look’, donde explica que e han informado desde el entorno de ella que está «un poco harta». ¿Por qué? Antes de que un juzgado pueda ratificar ese acuerdo, que habría llegado de manera amistosa, ambos tienen que firmar el convenio regulador. Y, a día de hoy, el diestro no habría estampado su rúbrica en los documentos. Algo que lo único a lo que lleva es a dilatar el proceso.
Ponce parece no encontrar hueco para hacerlo en medio de esa nueva vida de la que disfruta junto a Ana Soria. Es la propia García Pelayo quien recuerda que el torero, una vez finalizado el estado de alarma y cuando se pudo viajar entre comunidades cogió el coche y se puso rumbo a Almería. Y si bien es cierto que ha visitado a su exmujer en este tiempo, está muy centrado en que los cimientos de su nuevo amor sean sólidos (y que todos seamos conscientes de ello).
Una postura que choca de manera frontal con la discreción y el silencio que han regido cada uno de los días de Paloma desde que, a principios de julio, saltara la noticia. Dos manera de afrontar el divorcio muy diferente. Y dos formas de acometer ese punto y final, también muy distintas: quien quiere pasar página ya con la presentación de los papeles y al que parece no correrle la menor de las prisas, porque está a otras cosas.
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