Que todos los tonos de rojo te sientan de miedo no es ninguna novedad: en los labios, en esos nuevos botines que acabas de estrenar o en el jersey peludo que tiene todas las papeletas para convertirse en tu prenda calentita favorita esta temporada. Pero no te limites a tu armario o a tu neceser de maquillaje: si incluyes el rojo en tus menús, también vas a notar ese efecto mágico de “tener el guapo subido”.
“El tono rojo aporta a frutas como el arándano, la frambuesa, la fresa, la cereza y la grosella cualidades muy beneficiosas para la piel. Esto se debe a la presencia de sustancias antioxidantes, que mantienen la juventud de las células, combaten los radicales libres y protegen el corazón”, nos dicen en Bodega de los Secretos de Madrid. Algunas de estas sustancias son los flavonoides, los polifenoles, las vitaminas C, B y E y minerales como el potasio, el calcio, el hierro o el fósforo.
Los antioxidantes de los arándanos, no solo actúan como escudo frente a los radicales libres, también protegen el cerebro y la vista. Las moras reducen el colesterol malo, aumentan el bueno y mejoran la circulación sanguínea. Las fresas contienen poco azúcar y aportan gran cantidad de agua al organismo, con efecto drenante. La manera más deliciosa de incluir frutos rojos en tus menús es añadiéndolos a tus ensaladas, preparándote un batido, como topping de un bol overnight de semillas de chía, avena y bebida vegetal o mezclándolos con yogur o con los cereales de tu desayuno. Empieza a llenar tus comidas de rojo y prepárate para alucinar con los resultados.
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