Si nos lees habitualmente, sabrás lo mucho que insistimos en la importancia de la limpieza en el ritual de cuidado del cutis. Si nos la saltamos, todo lo que venga después puede ser inútil. Sin embargo, hay otros pasos que, si bien no necesitamos realizar a diario, son casi tan definitivos como éste, y el exfoliante facial se encuentra entre ellos. Prescindir de su magia, es resignarse a no eliminar ciertas impurezas y células muertas que se van acumulando en la piel, y que derivan en una tez apagada, con brotes de acné y poros dilatados, y eso no vamos a permitirlo.
Probablemente estés familiarizada con todos estos problemas. Especialmente, si tu piel es de tipo graso. Es por eso que nuestro último fichaje, el exfoliante Pure Scrub de Clarins, se tiene que colar entre tus básicos. Para empezar, porque es experto en dejar la piel mate, arrastrar las impurezas y cerrar los poros. No suena nada mal, ¿verdad? Pero además devuelve la luz a los cutis apagados y desincursta los poros evitando la formación de puntos negros.
Todas estas bondades se consiguen gracias al extracto de laurel de Fleischer bio y a sus gránulos de lava. Unidos, forman un tándem infalible para decir adiós a los peores dramas de las pieles grasas.
Pure Scrub de Clarins. © Cortesía de Clarins
¿Alguien ha dicho piel perfecta?
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