La ciática es uno de los dolores más comunes y más mal entendidos que existen. Los estudios afirman que al menos el 40% de las personas lo contraerán durante algún momento de su vida, y lo que es peor, estos dolores se vuelven más frecuentes a medida que se envejece.
La ciática se tiende a confundir con el dolor de espalda, pero es diferente. El dolor se origina en los nervios ciáticos y a menudo desaparece por sí solo, en cuestión de horas o días. Sin embargo, algunos ataques pueden aparecer y desaparecer durante varias semanas. Afortunadamente, hay muchas cosas que puedes hacer para prevenir la inflamación de la ciática y aliviar el dolor.
Aumenta el ejercicio diario
El ejercicio es clave para prevenir y aliviar la ciática.
Ejercicio aeróbico: caminar, trotar, nadar, montar bicicleta, bailar y otras actividades que aumentan tu ritmo cardíaco sin que te causen más dolor.
Entrenamiento de fuerza: ejercicios con pesas o ejercicios isométricos que implican una buena contracción de los músculos.
Entrenamiento de flexibilidad: yoga, tai chi, Pilates y actividades similares que aumentan tanto tu flexibilidad como la fuerza.
Fortalece tu core
Un core más fuerte podría mejorar su salud espinal. El core no es solo los músculos abdominales, también incluye los músculos de la espalda, los costados, la pelvis y las nalgas. El fortalecimiento de todos estos músculos ayuda a apoyar correctamente tu columna vertebral.
Evita sentarte por largos períodos
Permanecer sentada por mucho tiempo ejerce presión sobre los discos y ligamentos en la parte baja de la espalda. Si tienes un trabajo que requiere mucho sentada, toma descansos frecuentes o prueba hacerte con un escritorio de pie.
Controla tu peso
Tener sobrepeso u obesidad puede aumentar tu riesgo de padecer de la ciática. ¿Por qué? El aumento de peso ejerce presión sobre la columna vertebral y puede provocar hernias de disco.
Practica una buena postura
Encorvarse no es bueno para tu salud. Así que recuerda prestar atención a la posición de tu cuerpo cuando estés de pie o sentada.Para evitar encorvarte, tira los hombros hacia abajo y hacia atrás. Imagina que tus omóplatos se tocan.
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