En los tiempos que corren, el estrés y la ansiedad son unos de los peores enemigos de una gran mayoría de la población. Recurrir a técnicas anti estrés o métodos que reduzcan los niveles de ansiedad para alcanzar un estado de bienestar, calma y felicidad en el día a día se ha convertido en la mejor opción para que muchas personas vuelvan a encontrar su centro. El yoga, el pilates, la meditación, el reiki, nadar, el running… son actividades que cada vez tienen más adeptos en búsqueda de serenidad y equilibrio, la biodanza es también una buenísima opción para olvidarte del estrés y aumentar la felicidad bailando, despertando así a tu niña interior.
Qué es la biodanza
Es una técnica creada en los años 60 por el educador y psicólogo Rolando Toro que comenzó a experimentar el poder de la música y la danza y su papel en la recuperación de enfermos mentales. Toro afirmaba que el baile y la música eran capaces de despertar el amor, el deseo, armonizar las relaciones interpersonales, e incluso fomentar la vitalidad e incrementar la felicidad.
Este método, que en sus orígenes se denominó psicodanza, ha ido evolucionado hasta nuestros días hacia lo que se conoce como biodanza, una forma de expresión corporal con música y sonidos en una coreografía que permite desarrollar la creatividad y hacer un ejercicio de honestidad, sinceridad y fuerza vital personal en cada sesión. Según palabras de Rolando Toro “Biodanza es un sistema de integración humana, reeducación afectiva y reaprendizaje de las funciones originarias de la vida. Su metodología consiste en inducir vivencias integradoras por medio de la música, el canto, el movimiento y situaciones de encuentro en grupo”.
Ana Seligrat, monitora facilitadora de biodanza apunta “En nuestra sociedad aún tenemos mucho que aprender del acompañamiento a nosotros mismos, de respetarnos, de tenernos en cuenta, de sentirnos como seres humanos amables y merecedores de amor, y también de fomentar espacios para que podamos desplegarnos plenamente”.
Beneficios de la biodanza
Los beneficios que se le atribuyen a la biodanza son muchos y variados. Entre ellos, refuerza el sistema inmunológico, aumenta la creatividad y la seguridad en una misma, aporta fuerza vital y unidad en cuerpo y mente. Tambiény una mejor valoración como persona competente.
La biodanza fomentaría así el equilibrio interior y una percepción de la realidad más abierta y receptiva, así como la empatía, la asertividad y el buen humor o la alegría. Si además quieres liberar tensiones, y de paso quemar algunas calorías, tal vez deberías plantearte probar una sesión de biodanza.
Reduce el estrés y aumenta la felicidad
Practicar biodanza supone prestar atención plena y estar presente, una versión de mindfulness en movimiento que aporta relajación a la persona que baila que se olvida por unos instantes de sus problemas cotidianos aparcando el estrés.
Según David Díez Sánchez, Director de la Escuela de Biodanza Sistema Rolando Toro de Madrid, “En una sesión de biodanza hay ejercicios-danza de movimiento y activación y otros de paz y entrega. En la primera parte estamos activando el sistema simpático (segregando principalmente adrenalina) y en la segunda el para-simpático (donde se produce más acetil-colina). De esta forma, la biodanza ayuda a regular el sistema nervioso autónomo (neuro-vegetativo) al cual es difícil acceder conscientemente.”
Al cultivar las emociones positivas y la capacidad de dejarse llevar, además de la satisfacción personal que aporta derribar barreras como el miedo o la falta de confianza, la biodanza es una técnica que genera una producción de endorfinas (hormonas de la felicidad) que ayudan a conseguir un estado de bienestar y disfrute vital, un camino ideal para mantener una vida más feliz, serena y plena.
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