«¿Por qué no sería yo feliz aquí?». El rumor comenzó antes incluso de que Melania Trump llegara a la Casa Blanca. Pero a la primera dama siempre le ha molestado. Así se lo contó a Kate Bennet, periodista de CNN, única corresponsal en la Casa Blanca dedicada a cubrir, en exclusiva, la información sobre la ‘first lady’ y autora de ‘Free, Melania: The Unauthorized Biography’, que acaba de publicarse en Estados Unidos. Trump también le confesó que si casi nunca sonríe en las fotografías es porque «no le gusta fingir».
Bennet confirma algunas viejas historias de sobra conocidas, como que la primera dama y su marido, Donald Trump, duermen en habitaciones separadas. O que Trump tiene una sala de glamour para peinarse, maquillarse y vestirse, pero también un gimnasio privado donde practica pilates. Sin embargo, la parte más interesante del libro es la que se encarga de derribar varios mitos falsos. «Melania nunca ha necesitado realmente a nadie. Compañía, romanticismo, amor… Ninguna de estas cosas ha estado jamás en lo más alto de su lista de prioridades», escribe Bennett, que describe a Trump como una mujer independiente y a la que a menudo se subestima, mientras la realidad es que ejerce una poderosa influencia en su marido. Tanto es así que su opinión ha provocado, incluso, algunas destituciones políticas. Bennett afirma, además, que ella y el presidente hablan continuamente por teléfono y que tienen «frecuentes y acaloradas» discusiones. Pero también que mientras Trump es «amable y cálida» con los trabajadores de la residencia presidencial, tiene una relación gélida con la segunda dama, Karen Pence, y otra «cordial, pero no cercana» con Ivanka Trump. De hecho, según la periodista, su relación se ha deteriorado desde que llegaron a la Casa Blanca, entre otras cosas porque a la primera dama le molesta que la hija de su marido intente invadir su papel institucional con sus frecuentes viajes al extranjero.
Según Bennet, aquel controvertido mensaje en la ya archifamosa gabardina de Zara («la verdad es que no me importa, ¿a ti?») habría estado dirigido a la propia Ivanka. «Las casualidad no existen en el mundo de Melania Trump», escribe Bennet. «Tengo la teoría de que, cuando los Trump no están a buenas entre ellos, Melania usa ropa de hombre. A Trump le gustan las mujeres con vestidos ajustados, cortos, femeninos y ultrasensuales». Bennet también desvela que el ingreso hospitalario que el año pasado mantuvo a Trump alejada de la actividad pública durante casi un mes, no fue ninguna tontería. «Existía la preocupación de que si su recuperación no era cuidadosa y prolongada, su dolencia podría derivar en la pérdida de su riñón«.
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