Con mucha intensidad ha desarrollado Itziar Miranda su última etapa en Amar… y su paso por la cárcel, que termina este lunes 22. Un reto al que se ha enfrentado con ilusión, elpositivismo que la caracteriza y ganas de crecer más como actriz.
¿Cómo ha sido el rodaje de tu estancia entre rejas?
Fueron varios bloques: el de mi ‘hijo’ Manolín y el de Marcelino, con el que me enfadé por no confiar en mí. Quiero destacar la labor de dirección de Diego Lesmes, con las directrices de Eduardo Casanova y la ayuda de nuestro coach, Roberto Mori, a quien adoro.
Manolita ha sufrido mucho…
Estaba desubicada, pero su solidaridad y entrega, sobre todo con su compañera Anabel, la ha centrado. Ha sido una trama maravillosa que habla de la soledad de las mujeres, algo muy interesante.
¿Ha marcado a Itziar Miranda?
Para mí ha sido un regalo, y no solo porque nos fuimos a Segovia y tuvimos más tiempo de preparación, sino por lo que disfrutamos. Y el público lo está valorando. La audiencia ha subido hasta superar el millón cuatrocientos mil.
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¿Y cuál es el motivo?
Porque hemos vuelto a la esencia de la novela, a sus orígenes, y eso es importante. Estamos contando la historia de nuestro país, algo necesario para no cometer los errores del pasado. Es bonito que la gente que está sola se sienta más acompañada viéndonos. Me motiva mucho.
¿La audiencia pedía más protagonismo de los Asturianos?
Yo desde el primer día me he sentido muy protagonista, pero es verdad que esta temporada la familia tiene más peso. Los actores vivimos las historias con tanta ilusión como el público.
¿Cómo te preparaste la trama?
Es Manolita, no había una manera distinta de hacerlo. Este personaje no deja de sorprenderme y tampoco me permite acomodarme porque está en continuo cambio. Es la temporada que más cansada llego cada día a mi casa, ya que el guión me exige más. Peroha sido precioso y hay que saber corresponder.
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