¿Cuándo empezaste a morderte las uñas? Yo no me acuerdo del momento exacto, solo sé que desde que tengo memoria lo hago. Desde bien pequeña he escuchado a todo mi entorno decirme una y otra vez eso de niña, no te muerdas las uñas pero nunca les he hecho mucho caso. Recuerdo una vez que siendo pequeña mi madre volvió de la farmacia con un líquido especial para que no me las mordiese. El líquido en cuestión tenía un sabor amargo para que cada vez que me fuese a llevar las manos a la boca se me quitasen las ganas de hacerlo, pero yo no era el perro de Pavlov y mi cabezonería se acabó imponiendo.
© Carola de Armas
Como consecuencia, ya entrada en la treintena, seguía mordiéndome las uñas. Ojo, nunca me las he mordido hasta el punto de que me doliesen los dedos (he conocido a personas que sí) o hasta quedarme sin uña. Siempre he mantenido una longitud mínima para que tampoco resultasen demasiado antiestéticas pero se notaba que me las mordía y me daba envidia no poder llevar una manicura de las que son tan tendencia.
Sí, es posible dejar de morderse las uñas
La primera vez que dejé de morderme las uñas fue el año pasado cuando probé a hacerme una manicura profesional por primera vez. Cuando te las veas bonitas no vas a querer mordértelas, me dijo una amiga, y así fue durante un tiempo. Pero al final encontrar huecos para poder pasarte una hora haciéndote la manicura resulta muy complicado y al final dejé de hacerlo y volví a mordérmelas.
© Carola de Armas
Pero siguiendo esa misma filosofía de verlas bonitas, he descubierto un esmalte de uñas que puedo usar yo en casa cada vez que me haga falta, que las deja súper bonitas y además las fortalece para evitar que se rompan.
Naturales pero preciosas
Me refiero a La Base, de Chanel, una base alisadora y protectora que deja las uñas con un aspecto muy natural y elegante pero con un toque precioso. Se puede utilizar como base para poner un color encima y que dure más tiempo, pero yo empecé a usarla para verlas sencillamente más bonitas y estoy encantada.
La Base, de Chanel© Cortesía de Chanel
Está enriquecida con aceite de argán, que nutre la uña, un derivado de vitamina E, que la protege, y fitocoral que refuerza las uñas, algo que viene súper bien cuando te las muerdes porque se quedan débiles y bastante quebradizas. Además ópticamente las alisa, otro detalle importante ya que la superficie tiende a quedarse como estriadas. Esto lo consigue gracias al sílice de su fórmula que las rellena y consigue una superficie homogénea.
¿El resultado? Unas uñas naturales y preciosas de brillo pero nada exagerado. El toque perfecto para que no me apetezca mordérmelas más. ¡Y así llevo ya dos meses!
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