Nuevo revés judicial para Rafael Amargo. El bailarín vuelve a estar en boca de todos y no por su faceta profesional sino por sus problemas con la justicia. En diciembre de 2020, el artista fue detenido por un presunto delito de tráfico de drogas y pertenencia a organización criminal. Y ahora, un año después, el juez ha cerrado la investigación, a la espera de la apertura de juicio. La investigación concluye que Amargo era el cabecilla de un grupo que traficaba con droga, que vendía en el piso que compartía con su pareja o usando ‘mulas’.
La Fiscalía Provincial de Madrid también se ha pronunciado y solicita para el artista y para su socio, el productor Eduardo de Santos, nueve años de prisión para cada uno por un delito contra la salud pública. El escrito del Ministerio Público expone que, de abril a diciembre de 2020, ambos se venían dedicando «de manera persistente a la distribución de sustancias estupefacientes» a terceras personas a cambio de dinero. A veces se hacía en su domiciolio y otras «hacía llegar la sustancia al lugar donde el cliente indicaba para lo cual se valía de su hombre de confianza, el también acusado Manuel Ángel B.L., otro de los socios de Amargo, a sabiendas de lo que portaba, después de hacer la entrega correspondiente, regresaba al domicilio para entregarle el dinero obtenido con la venta».
Tras hacerse público el escrito de la acusación, Rafael Amargo ha sufrido un ataque de ansiedad. Así lo ha revelado su pareja, Luciana Bongianino. «Es verdad que le ha dado un ataque de ansiedad», reconoce la argentina y es que son días de muchos nervios y estrés «y más para él que es una persona pública y todo recae sobre él».
La Fiscalía no pide pena de cárcel para Luciana Bongianino. Sin embargo, el juez sí la considera, como a los otros tres acusados, posible autora de un delito contra la salud pública y otro de pertenencia a grupo criminal.
Fuente: Leer Artículo Completo