Es historia de España. 1 de abril de 2005. Chenoa, hundida, llorosa y en chándal, baja al portal de su casa para atender a los medios de comunicación tras el repentino e inesperado anuncio de ruptura unilateral que lanzaba David Bisbal durante una rueda de prensa. “Es un momento feo y malo. Por primera vez os pido apoyo y respeto porque no lo estoy pasando nada bien”, aseguraba. Su corazón roto daba la vuelta a España y las solteras patrias la encumbraban al olimpo de sus Diosas. No era para menos. Todas se sentían identificadas con esas lágrimas y con ese look de estar por casa al que nos aferramos cuando nos dejan.
Sin quererlo (ni tampoco esperarlo), tras este mazazo Chenoa comenzaba un auténtico calvario amoroso que la llevó a ir de novio en novio (entre ellos los famosos Álex González y David de María) hasta que en noviembre de 2019 (14 años después del ‘Bisbalgate’) anunciara su boda con Miguel Sánchez Encinas, jefe de Urología del Hospital Universitario Rey Juan Carlos. Y no lo hizo de cualquier manera, no. Desveló de manera pública la fecha y el lugar de su enlace en la portada de la revista Hola!, presumiendo de anillo de compromiso de Tiffany y con su futuro esposo contando cómo le propuso matrimonio en Roma: “Fue en el Jardín de los Naranjos, en lo más alto del Monte Aventino, una de las siete colinas de la ciudad”.
Una estampa de cuento de hadas que Chenoa no dudaba en rematar con un “me giré para que me hiciera una foto y, al darme la vuelta, él estaba de rodillas. Yo solo recuerdo que respondí que sí y que los turistas lloraban y aplaudían de la emoción”. Y aunque la pandemia ha obligado a los tortolitos a posponer su ‘sí, quiero’, con su inminente traslado al equipo de las casadas, Chenoa deja el título de soltera de oro española libre. Porque si en Estados Unidos tienen a Jennifer Aniston, a quien el amor verdadero y para siempre aún se le resiste, ¿quién nos queda en España?
Cabe decir que no es un título que sea fácil de gestionar. A las solteras de oro se las venera porque, aunque lo intentan, la mayoría de las veces el príncipe les sale rana. Y claro, el drama está servido. Por ello, la elegida debe de ser una mujer fuerte, independiente, tenaz, que no se rinda y que por mucho que desee encontrar al hombre de su vida, se quiera más a ella misma.
Un ‘tipo’ de mujer del que podemos presumir, y mucho, en terreno cuché español. Por ejemplo, Tamara Falcó, nuestra aristócrata favorita. Con todos sus hermanos casados, ella es la que siempre tiene que aguantar por parte de prensa y familia el típico: “¿Y tú para cuándo”. De ahí que la ya marquesa de Griñón sea la candidata perfecta para heredar el trono de ‘single spanish celebrity lady’ al haber hecho callo en esto de estar sola y ver cómo los demás encuentran el amor. Eso sí, ahora está disfrutando de las mieles de su noviazgo con Iñigo Onieva, pero hasta que la cosa no pase a mayores Tamara es nuestra candidata número uno.
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Pero como siempre debemos tener un plan B, Blanca Suárez podría ser otra maravillosísima opción. Joven, guapa, exitosa, elegante, simpática… y en una relación con Javier Rey, pero sin anillo de pedida mediante. Además, y aunque quede un poco mal decirlo, la actriz ya lleva a sus espaldas unas cuantas rupturas bastantes sonadas (Miguel Ángel Silvestre, Dani Martín, Mario Casas…), al más puro estilo Chenoa. Eso sí, otro día hablaremos de quién debería ser el soltero de oro español ya que en Estados Unidos tienen a Leonardo Dicaprio y aquí, de manera oficial, aún no tenemos a ninguno.
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