¿Qué significa que la Reina Letizia solo use mascarillas quirúrgicas en sus apariciones públicas?

Además de ser una experta en el difícil arte del reciclaje ‘sartorial’, la Reina es toda una maestra de la comunicación no verbal y domina a la la perfección los códigos del lenguaje de la moda. Por eso, es habitual que doña Letizia nos “hable” a través de sus looks (como hizo este verano en Palma). Lo hace cuando repite ropa, cuando elige determinados diseñadores o colores, cuando se decanta por una prenda u otra y también con los complementos que elige. Por eso, que no haya jugado, como otras, con un elemento tan visible y característico en esta época como lo es la mascarilla tenía que decirnos algo. Y vaya si lo hace…

Desde que comenzó la pandemia del Coronavirus y el fin del primer confinamiento abrió la agenda de los Reyes fuera del Palacio de la Zarzuela, siempre hemos visto a doña Letizia luciendo mascarillas quirúrgicas. A diferencia de otras reinas como Máxima de Holanda o famosas como Isabel Preysler (con la que comparte truco de estilo), que han hecho de ellas un elemento de moda más en sus looks, doña Letizia sigue de forma férrea las recomendaciones sanitarias, demostrando que, también en esto, es disciplinada y profesional (dos de los valores que más inculca a la Princesa Leonor).

Según la OMS y el Ministerio de Sanidad de España, la población general (sana, se entiende) debe utilizar mientras dure la pandemia del Coronavirus mascarillas quirúrgicas o higiénicas siempre que no se pueda mantener la distancia de seguridad de un metro con otras personas, tanto en espacios abiertos como cerrados. Las normas van cambiando según se va conociendo al (de por sí desconocido) virus, de ahí que durante estos meses, por ejemplo, no haya sido siempre obligatorio su uso al aire libre.

Este tipo de mascarillas lo que hace es proteger del contagio de dentro hacia afuera, y su función es (según el Ministerio de Sanidad) “limitar la emisión de gotas respiratorias de quien las lleva y evitar una potencial transmisión infecciosa al entorno”. De esta manera, al usarla, doña Letizia lanza un mensaje de responsabilidad, pero también de solidaridad: yo protejo a mi entorno, porque entiendo y confío en que ese entorno también me va a proteger a mí. De ahí la importancia de que todos usemos mascarilla, porque si protegemos a los demás, los demás nos protegen a nosotros.

De esta manera, la Reina pone a los demás por delante de sí misma (confía en la sociedad) y acata las normas para dar ejemplo. De hecho, la única vez que hemos visto a doña Letizia con otro tipo de mascarilla fue durante la primera parte del acto de apertura del curso escolar en Navarra, donde al visitar una escuela infantil, sorprendió al llevar una mascarilla FFP2 (“protejo y me protege”). ¿El motivo? Los niños pequeños no tienen que llevar mascarillas. Eso sí, poco después, para visitar un centro de educación secundaria donde los jóvenes sí están obligados a llevarla, volvió a su mascarilla quirúrgica habitual.

Y es que, aunque haya mascarillas ideales, otras que se pueden llevar a juego con nuestro look e incluso se hayan convertido en un complemento de moda más, siempre debemos tener en cuenta que deben seguir una normativa y unos estándares de calidad que hagan que cumplan de verdad su función como barrera de protección por encima de la estética.

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