A partir de este martes las cosas podrían ponerse muy feas para el príncipe Ernesto de Hannover. El todavía marido de la princesa Carolina de Mónaco, de 67 años, deberá sentarse mañana en el banquillo del tribunal de Wels para responder de la acusación que se formuló contra él en diciembre del año pasado, cuando la fiscalía de dicha ciudad austriaca solicitó tres años de cárcel para el príncipe por los altercados que habría protagonizado “en total estado de embriaguez” durante el verano de 2020.
Todo empezó el 14 de julio, cuando, según el informe de la fiscalía de Wels, el príncipe Ernesto de Hannover intentó “impedir repetidamente que los agentes de policía realizasen diversos actos oficiales mediante el uso de la fuerza y amenazas peligrosas”. Según los relatos, el jefe de la Casa de Hannover llegó a herir físicamente a algunos de los agentes, que habían acudido a su domicilio alertados por una llamada de auxilio del príncipe .
Días después, el 20 de julio, Hannover amenazó “a una oficial de policía con un bate de béisbol”. Y el 7 septiembre, se le acusó de “romper el cristal de la ventana del comedor del edificio de la Fundación del duque de Cumberland y de obligar a una pareja de empleados y a su hija a abandonar el edificio mediante amenazas peligrosas”, un incidente a raíz del cual fue detenido y pasó dos noches en la prisión de Wels.
En el juicio de mañana, un perito psiquiatra tratará de dilucidar si la intoxicación del príncipe fue o no “negligente”. O lo que es lo mismo, si Ernesto de Hannover se intoxicó deliberadamente hasta perder la cordura, aun debiendo haber previsto que ese estado de embriaguez podría inducirle a cometer algún delito.
El príncipe Ernesto de Hannover, por su parte, quiere responsabilizar de lo ocurrido a su hijo mayor, el príncipe heredero Ernesto Augusto, de quien según medios alemanes como Bild, Hannover llega al punto de sospechar que habría sido quien pidió a sus empleados que le proporcionaran alcohol para inducirlo a cometer esos altercados.
El pasado febrero, Ernesto de Hannover ya trató de responsabilizar a su heredero acusándole de desatenderle y de negarle la ayuda que le había solicitado, lo que según aseguró entonces tuvo como consecuencia los altercados del verano de 2020.
El marido de Carolina de Mónaco justificaba de esta manera la demanda que ha interpuesto contra su hijo, a quien acusa de “ingratitud” y exige que le devuelva el castillo de Marienburg y el resto de propiedades que le donó como herencia en vida entre 2004 y 2007.
El príncipe Erneston de Hannover asegura que su primogénito, de 37 años, “se apropió en términos graves de los derechos, bienes e intereses del demandante”, que planeó su destitución como presidente de la fundación familiar, y que incluso le hizo firmar “a ciegas” un poder que anulaba su derecho a revocar la referida donación.
Su posible entrada en prisión sería una victoria, aunque amarga, para su hijo, quien asegura que las alegaciones de su padre son “falsas” y confía en que la demanda no altere la la situación del castillo de Marienburg, gestionado actualmente como monumento y atracción turística. Así lo acordó en 2018 con el estado de Baja Sajonia para liberar a las arcas de los Hannover de los gastos que exige su mantenimiento, momento en el que su padre ya le acusó de traición y amenazó con demandarle.
El posible encarcelamiento de Ernesto de Hannover, por otro lado, podría ser el argumento definitivo para pedir a los tribunales su inhabilitación, una opción que según la prensa alemana llevan planteándose su hijo desde hace tiempo. También sería un varapalo para Carolina de Mónaco, a quien hasta ahora ninguno de los numerosos escándalos de su marido han decidido a firmar su divorcio para romper del todo su matrimonio con él.
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