Kiko Matamoros toca fondo al hablar de sus problemas con su hija Anita

Kiko Matamoros ha regresado a plató después de esas controvertidas vacaciones en México, donde se marchó en medio de unos problemas de salud que le llevaban esta semana, de nuevo, a pasar por el quirófano. Dos entrevistas muy duras, una el sábado y otra el domingo, que dejaban en un segundo plano el aspecto desmejorado, consecuencia de una pérdida de masa muscular considerable, con el que se presentaba ante las cámaras.

Uno de los temas fuertes era, por supuesto, el de la relación inexistente con su hija Anita, que se encuentra inmersa en una guerra abierta con la pareja de su padre, Marta López Álamo. El sábado, en el ‘Deluxe’, era más que claro: «Me ha dolido el ver sufrir a mi pareja, también me ha dolido, aunque no lo he vivido, si de alguna manera esto ha provocado un daño a mi hija».

Pero ayer, domingo, terminaba por derrumbarse al incidir en ese aspecto que tanto daño le hace al colaborador de Telecinco. Era en ‘Viva la vida’. A Matamoros le preguntaban de nuevo por ese asunto que se le clava en el corazón cada vez que sale a palestra. Y en medio de sus explicaciones, su hijo Diego hacía acto de presencia para tocarle la fibra sensible.

Lo hacía a través de Suso Álvarez, que leía en voz alto el mensaje que Diego le había mandado para que se lo hiciera llegar: «Dile que la vida da mil vueltas y que los hijos siempre estarán ahí. Es importante el espacio, el respeto y el amor. Estoy seguro de que Ana volverá a él. Siempre nos tendrás a todos».

Muy emocionado, y terminando por romperse a llorar, Matamoros contestaba a ese gesto de cariño: «Siento mucho agradecimiento porque mi hijo me quiere. He llegado a entender sus reacciones en su momento aunque me hicieran daño. Pero posiblemente no era consciente del daño que me hacía. Decirle a mi hijo que le quiero mucho. Es posible que el tiempo todo lo arregle, aunque a veces no llegues a tiempo».

Cabe recordar que la relación entre Kiko y Diego las cosas no siempre han sido fáciles. Una muestra de que, puede que en el futuro, las cosas se ordenen también con Anita.

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