Cuando se conocieron allá por 2014, Irene Rosales era una joven sevillana que conocía a Kiko por ser ‘el pequeño del alma’ de una de las tonadilleras más famosas de España. Sin mostrar mucho interés por él cuando lo conoció en una discoteca donde actuaba como Dj, Kiko se enamoró de ella e hizo todo lo posible para que esta viese en él lo que otras no: un hombre que buscaba ayuda para salir de un escrutinio público constante que le había marcado de por vida.
“Yo no estaba segura de querer iniciar una relación amorosa con él por lo que decían de él en la prensa”, ha confesado siempre Irene, sin ocultar jamás que sus principios fueron un tanto complicados. Sin embargo, y aunque su noviazgo no fue tomado nada en serio por medios y público, la pareja pasó por el altar en 2016 y son padres de dos niñas que crecen felices ajenas a la tormenta mediática que siempre acompaña a sus progenitores.
https://www.instagram.com/p/CLEV0xPDHBU/
Una publicación compartida de Irene Rosales Vázquez (@irenerova24)
Sin embargo, la vida de Kiko cambió radicalmente cuando fue Irene la que decidió tomar las riendas de su imagen pública como pareja. Dando un auténtico golpe de efecto a sus vidas, el matrimonio aceptó participar en Gran Hermano Dúo. Eso significaba la entrada real de Irene en el juego mediático que ya había probado de refilón al participar en varios posados fotográficos en la portada de cabecera de su marido. “Estamos aquí para demostrar muchas cosas”, decía Irene desafiante en la primera gala de dicho programa.
Una jugada muy arriesgada que les salió a pedir de boca. No solo estuvieron a punto de ganar el formato (se quedaron en segundo lugar), sino que sanearon sus cuentas gracias a sus elevados cachés y Kiko confesó sus problemas de adicción a las drogas para despojarse así de un peso que había llevado en sus hombros durante años.
https://www.instagram.com/p/CAfHQj2jOoi/
Una publicación compartida de Irene Rosales Vázquez (@irenerova24)
A su lado, Irene. El verdadero cerebro pensante de esta ‘estrategia’ que posicionó a Kiko Rivera en otro lugar mediático. Se acabó el ser ese ‘hijo de’ que no hace nada con su vida o que cuando lo hace lo hace todo mal o termina en ridículo. Kiko fue visto por primera vez como lo que es: una víctima de unas circunstancias personales que le persiguen desde el día de su nacimiento. “Irene es lo mejor que me ha pasado en la vida”, reitera el Dj en cada entrevista. No es para menos.
Sin embargo, nadie conoce realmente a Irene en la intimidad. Mientras que da la sensación de cercanía ya que conocemos ciertos aspectos de su vida y ahora mismo se cuela en nuestras pantallas al ser colaboradora del programa ‘Viva la vida’, la cruda realidad es que nadie sabe quién es realmente. De nuevo, una jugada maestra.
https://www.instagram.com/p/CGNgYQeDiYn/
Una publicación compartida de Irene Rosales Vázquez (@irenerova24)
Sabemos que perdió a sus padres recientemente y que tiene cuatro hermanos. Pero poco se sabe de su vida anterior a Kiko. Sabemos que es una entregada madre de familia y que su amor por el hijo de Isabel Pantoja es real.
https://www.instagram.com/p/CEUhjBDDxFX/
Una publicación compartida de Irene Rosales Vázquez (@irenerova24)
¿Qué aficiones tiene? ¿Quiénes son sus amigas? ¿Cuál es su restaurante favorito? Preguntas que ni mirando su cuenta de Instagram, donde la siguen más de 648.000 personas, alcanzamos a responder. Y sí, Irene va camino de convertirse en una de las españolas con más seguidores en dicha red social dejando claro así que se puede ser ‘influencer’ sin entrar en detalles de quién eres realmente.
Fuente: Leer Artículo Completo