En la segunda y tercera temporada de The Crown, el príncipe Carlosfue representado como una especie de víctima: una criatura sensible nacida de un padre duro y una madre despreocupada que podría haber sido más adecuada para, digamos, el trabajo teatral de Shakespeare que para liderar la Mancomunidad Británica de Naciones.
En la nueva temporada de la serie, Carlos, interpretado por Josh O’Connor, es nuevamente retratado como una víctima de particularísima circunstancia. Debido a su posición como heredero al trono, no puede estar con la mujer que ama (Camilla Parker Bowles, interpretada por Emerald Fennell), y esencialmente se ve obligado a casarse sin amor con una adolescente, Diana Spencer (Emma Corrin), con quien solo se ha visto un par de veces y que lo eclipsa en cada acto de relaciones públicas. Atrapado, infeliz e incapaz de escapar de lo que él ve como una abominación del emparejamiento impío, el príncipe Carlos de The Crown pasa su tiempo frente enfurruñado, compadeciéndose de sí mismo y, finalmente, arremetiendo contra su bella y joven esposa.
El experto real Hugo Vickers, que ha escrito sobre la reina Isabel y la reina madre, ha disfrutado tanto desacreditando las historias de The Crown que ha escrito un libro completo (y un libro electrónico dedicado a la temporada actual) para verificar los hechos de la serie. Pero en una llamada telefónica con Vanity Fair el lunes, Vickers suena genuinamente agraviado por el trato de The Crown a Carlos esta vez.
“Siempre les gustó retratarlo como una especie de cobarde. Esta vez, sin embargo, no solo lo retratan como un cobarde, sino también como una persona muy furiosa y desagradable que le grita a su esposa… Algunas de las miradas que le dedica a Diana nos hacen preguntarnos si en la próxima temporada lo verermos conspirando para que la asesinen en un túnel en París, o algo espantoso”, dijo Vickers. "No me sorprendería… es una verdadera vergüenza lo que le han hecho en esta temporada".
Más adelante en nuestra conversación, Vickers insiste nuevamente: "Quiero decir, ¿alguna vez hace algún trabajo? ¿Alguna vez cumple con algún compromiso oficial? ¿Alguna vez logra algo? No, no mostraron nada de lo que hace".
En realidad, dice Vickers, “el príncipe Carlos es muy dedicado a su labor y ha hecho todo lo que se le ha pedido hacer durante toda su vida. Fue lanzado en paracaídas en el mar [como coronel en jefe del Regimiento de Paracaidistas], ingresó en la Armada. Ha vivido con crofters en pequeñas islas divertidas en Escocia. Ha ido a departamentos gubernamentales. Ha viajado por la Commonwealth. Creó el Prince’s Trust".
El truco de la serie, en opinión de Vickers y otros biógrafos reales como Sally Bedell Smith, es este: “Debido a que The Crown es una producción tan lujosa y costosa, tan bellamente interpretada y inteligentemente escrita, y se ha prestado tanta atención a detalles visuales sobre eventos históricos, los espectadores son engañados haciéndoles creer que lo que están viendo realmente sucedió”, dice Bedell Smith a Vanity Fair. "Si bien las temporadas anteriores fueron piezas de época, esta es historia reciente, por lo que parece más cruel en sus representaciones falsas".
Bedell Smith, quien ha escrito biografías sobre la reina, el príncipe Carlos y Diana, señala varios errores relacionados con la representación de Carlos en la cuarta temporada del programa. En uno de los primeros episodios de la cuarta temporada, Carlos (de la serie) regresa de su viaje de seis semanas a Australia, Nueva Zelanda y Estados Unidos en la primavera de 1981 y se apresura directamente a Highgrove para estar con Camilla.
"Esto es falso", señala Bedell Smith. “Fue al Palacio de Buckingham. En ese momento, Highgrove estaba en proceso de reforma y redecoración, que Diana supervisó con el diseñador de interiores de su madre, Dudley Poplak. Carlos y Diana no se mudaron a Highgrove hasta finales de 1981".
“También se debe enfatizar”, continúa Bedell Smith, “que Diana se desvió primero del lecho matrimonial, con el romance que comenzó en 1985 con su oficial de protección, Barry Mannakee. Fue trasladado fuera de la casa de Gales en el verano de 1986, lo que molestó a Diana. Conoció a James Hewitt poco después, y se convirtieron en amantes ese noviembre".
Si alguien en el matrimonio de Gales fue emocionalmente abusivo, Bedell Smith sostiene que fue Diana.
"Se burló de las ideas de Carlos y se negó a leer su propio material informativo o seguir el consejo de los cortesanos asignados para ayudarla", dice Bedell Smith. “A medida que su matrimonio se deshilachaba, ella abusó emocionalmente de Carlos, burlándose de él por las medallas que llevaba, por ejemplo, y diciéndole que nunca sería rey. Contrariamente a lo que me dicen que aparece en The Crown, Carlos no respondió de la misma manera ".
La nueva temporada de The Crown simpatiza con Diana como el personaje agraviado en el mal romance de Carlos y la princesa, al igual que los medios de comunicación en el momento de la ruptura de la pareja real. Los británicos han tardado 20 años en perdonar a Carlos y aceptar a Camilla, con quien se casó en 2005, como duquesa de Cornualles, un papel en el que ella ha logrado brillar desde hace poco.
“Carlos y Camilla han recorrido un largo camino con un arduo trabajo, especialmente durante la pandemia de coronavirus”, dice Bedell Smith. “Camilla, en particular, ha pasado de ser una mujer despreciada a alguien muy admirado por su trabajo caritativo y respetado por asumir su papel real con un compromiso genuino. La gente ha llegado a considerarla como una buena persona y a aceptar la idea de que sea la reina consorte. Debido a que los espectadores creen incorrectamente que lo que se cuenta en The Crown es cierto, esta temporada en particular podría deshacer todos los buenos sentimientos sobre Carlos y Camilla y resucitar la hostilidad de hace dos décadas. También reforzará la falsa mitología de que Diana fue la víctima santa”.
En opinión de Vickers, hay una manera respetuosa de volver a visitar el desafortunado primer matrimonio del príncipe Carlos. "No me importa si conviertes a alguien en un personaje de ficción; tal vez tenga las orejas grandes y se parezca un poco al príncipe Carlos, pero lo llamas de otra manera. Pero poner a una persona real en una situación semi-real y luego alterar la realidad… es increíble lo que hacen".
Artículo publlicado en Vanity Fair USA y traducido. Acceda al original aquí.
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