El glamour que siempre ha rodeado a las mujeres de la familia real monegasca, de Grace Kelly a Carolina, Estefanía o Carlota, está indisolublemente unido al Baile de la Rosa. Está cita con fines benéficos que se celebra desde hace más de medio siglo y marca el inicio de la primavera siempre ha brillado por los deslumbrantes looks de las Grimaldi, sabedoras de que su sola presencia servía para que el baile acaparara portadas en todo el mundo.
Por eso, repasar las imágenes de las distintas ediciones es una fuente de inspiración constante para cualquier look de fiesta o invitada. A pesar de que los estilos de Carolina y Estefanía de Mónaco poco tienen que ver entre sí, hubo una prenda que puso de acuerdo a ambas hermanas: el mantón bordado, una pieza que nunca falla para una boda o evento y que las que más saben de moda siempre atesoran en su armario.
Fue en 1979 cuando Carolina de Mónaco, acompañada por su entonces marido Philippe Junot, brilló con un impresionante mantón blanco con flores bordadas y flecos. La princesa lo lució sobre un vestido blanco también bordado de escote y bajo asimétrico. Con el pelo recogido de manera informal con una flor, Carolina era, en aquellos años de juventud, la mejor heredera de la elegancia de su madre, que ella combinaba con un encanto natural que eclipsaba a todo el mundo.
Un mantón que lejos de caer en el olvido recuperó su hermana Estefanía para una de las ediciones del Baile de la Rosa más especial, la que tuvo lugar en 1983, la primera sin Grace Kelly. Las hermanas fueron ese día el principal apoyo de Rainiero y dejaron de lado los colores llamativos para coordinar sus looks en blanco: Carolina con un precioso vestido de escote asimétrico con lazo en el hombro y guantes largos, y Estefanía envuelta en ese mantón blanco bordado con flecos.
Con sus dos estilismos, ambas dejaron claro que un mantón siempre es un acierto a la hora de completar un look de invitada. Al margen de las tendencias de cada temporada, esta prenda de gran arraigo en la cultura española evolucionó hasta convertirse en una pieza de lujo capaz de alcanzar los armarios de la realeza europea.
No solo Carolina y Estefanía decidieron convertir el mantón bordado en protagonista de sus looks. Otras royals como la infanta Elena y Rosario Nadal también han hecho de ella una pieza angular en sus looks de invitada. Fue en el aniversario de las bodas de oro de Isabel II y Felipe de Edimburgo cuando Elena de Borbón deslumbró con un ajustado vestido de terciopelo morado y un mantón bordado con flecos en color rosa.
Otra española, Rosario Nadal, también eligió un evento internacional para lucir esta prenda de esencia española. En blanco y con bordados en rojo, Rosario fue una de las más elegantes en la boda de Alexandra de Sayn-Wittgenstein-Berleburg.
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