Carolina de Mónaco ha reaparecido tras la condena a su todavía marido, Ernesto de Hannover, a diez meses de prisión -y sin beber alcohol, entre otras medidas como ir a terapia psicológica- por los altercados que protagonizó en el verano de 2020 “en estado total de embriaguez” cuando agredió y a menazó a varios policías y a parte de sus empleados en varios episodios más o menos consecutivos.
La princesa Carolina, que sigue casada con el bisnieto del último emperador alemán a pesar de llevar una década separados, ha participado en un encuentro en Mónaco entre el Comité Científico monegasco y la firma Chanel, a través de su sección de joyería, sobre la investigación puesta en marcha en 2019 y con una vigencia de seis años con la intención de conocer mejor el coral rojo mediterráneo y promover la conservación de la especie. Un colgante en forma de rombo de este preciado biomineral, emblemático en la joyería desde la antigüedad, ha lucido la princesa en su cuello como alhaja destacada. A su look compuesto por una chaqueta de tweed de Chanel azul marino y blanco con cuello de camisa, una busa blanca de pico y pantalón azul, la princesa de Hannover ha añadido un accesorio con el color de la temporada: un bolso de Chanel de color verde esmeralda que, sin duda, ha dado el toque primaveral al estilismo de la royal monegasca.
Como hemos visto en los últimos meses, Carolina de Mónaco está decidida a lucir melena y canas naturales. Puede que sea una de las pocas opciones de enfrentarse de alguna manera a la realidad pandémica, como también ha hecho su hermana la princesa Estefanía y las reinas Letizia y Sofía mostrando su cabello sin teñir.
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