No hemos escuchado salir de su boca ni una sola palabras desde que, el pasado 1 de julio, la revista ‘Semana’ anunciara su separación de Enrique Ponce (las palabras de amor que no ha sido capaz de borrar) tras 24 años de matrimonio. Paloma Cuevas, uno de los rostros más elegantes y discretos del mundo del corazón nacional, ha preferido callar. Tan solo ha hecho llegar un par de mensajes, muy puntuales, para su difusión. Pero solo cuando las mentiras o las incorrecciones en las informaciones ofrecidas podían hacer daño a su familia.
Dos meses y medio en los que ha aguantado, de manera estoica y arropada por un leal círculo cercano, todos los titulares en los que se ha visto envuelta por la relación que su ex, con quien está en medio de un trámite de divorcio amistoso, mantiene con Ana Soria. Paloma ha demostrado ser una señora…
…y así ha querido ponerlo de relieve Ana Rosa Quintana, que ha vivido todo este tsunami mediático desde sus vacaciones y que, ahora, a su regreso, ha querido erigirse en defensora pública de Cuevas con unas palabras que, seguro, esta agradecerá en privado, fiel a esa esencia que le es inherente.
Paloma no es buena, Paloma es santa»
Dentro de la tertulia de crónica social que se realiza en ‘El programa de Ana Rosa’, se tocaba el tema. La presentadora se posicionaba de manera clara. Primero, con una explosión contundente: «Paloma no es buena, Paloma es santa». Posteriormente, desarrollaba su tesis: «Yo veo las fotos de mi ex todo el día en Instagram, en revistas y aunque ya no te importe o hayas querido divorciarte esas imágenes te molestan».
«¿Y lo de celebrar tu cumpleaños con tu ex? Paloma es santa», remataba, dejado patente que no entiende cómo la empresaria puede mantener esta postura tan elegante cuando está a punto de firmar esos papeles que pongan fin a la relación de forma oficial y tras todas las imágenes que ha tenido que soportar estos dos meses y medio.
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