Manu Baqueiro: “Pedí a los guionistas que Marcelino fuera del Atleti»

  • El entrañable Marcelino lleva 16 años al frente del bar El Asturiano de la Plaza de los Frutos, en Amar es para siempre.
  • Comparte protagonismo con Itziar Miranda, Manolita, que interpreta a su mujer.

    Ver a su hermano Alfonso Bassave, con quien coincidió en Amar es para siempre, entrar de lleno en la interpretación hizo que Manu Baqueiro se lanzara a seguir sus pasos. “Aunque me licencié en Derecho, desde que estaba en el colegio me llamó la atención actuar”, recuerda el madrileño. Cuando estaba a punto de marcharse a Nueva York para seguir formándose en este oficio, recibió una llamada que le cambió la vida: “Me ofrecieron el papel de un simpático tabernero que se llamaba Marcelino y acepté”. Desde entonces ha pasado más de una década y el intérprete espera seguir dando vida al dueño de El Asturiano en la ficción diaria de Antena 3 por muchos años más.

    Eres uno de los actores más veteranos de Amar es para siempre ¿Qué balance haces de todo este tiempo en la serie?

        Muy positivo, porque han sido años maravillosos. A nivel profesional tengo la suerte de trabajar cada temporada con compañeros increíbles. Creo que a lo largo de todo este tiempo ha entrado a formar parte de Amar es para siempre (Diagonal TV) media profesión y eso es genial. A nivel personal también me ha hecho crecer bastante y lo más importante es que la audiencia sigue respondiendo muy bien cada tarde. No puedo estar más agradecido por continuar en este proyecto.

        Trabajar en una serie diaria es de todo menos fácil. Entre otras cosas por el ritmo de grabación. ¿En algún momento te planteaste dejarlo o simplemente parar momentáneamente de ser Marcelino?

            Es cierto que el horario al que debes adaptarte a la hora de trabajar en este género televisivo es duro, pero llevando tantos años ya no me afecta (risas). Para mí, lo más complicado de estar dentro de una serie diaria es la cantidad de guiones que debemos estudiar, pero a todo te acostumbras. Es mucho más difícil para los que entran de nuevas. A ellos siempre les aconsejo que se lo tomen todo con la mayor calma posible.

            A pesar de todo esto, nunca me he planteado dejar la ficción porque, por fortuna, siempre he podido compatibilizar las grabaciones con el teatro, que es otra de mis grandes pasiones y eso me oxigena mucho. Además, las cosas en esta profesión ya son de por sí bastante duras como para renunciar a un proyecto en el que estoy tan a gusto y que funciona tan bien. Como dice Concha Velasco, no dejes algo que sigue siendo un éxito.

            «Somos todos como una familia»

            Eres el hijo ficticio de José Antonio Sayagués y marido de pega de Itziar Miranda. ¿Cómo es tu relación con ellos?

                Aunque suene a tópico es una relación de familia. Nos llevamos muy bien y eso se refleja en que ya cumplimos 16 años juntos trabajando sin ningún problema. Si no tuviéramos esta buena sintonía, no podríamos llevar tanto tiempo actuando codo con codo, porque en la interpretación se necesita confiar en el compañero que tienes al lado. Esa química se ve perfectamente tanto dentro como fuera de la pantalla.

                Si ahora mismo te dijeran que el recorrido de Marcelino en la serie se acaba. ¿Qué objeto que le pertenece a tu personaje te llevarías a casa?

                    En nuestro ‘piso’, hay un álbum de fotos de los Gómez con varias instantáneas que se han ido haciendo desde la primera temporada. Eso me lo pediría antes de que Itizar y José Antonio se me adelantasen. También me gustaría llevarme la bufanda del Atleti de Marcelino. Aunque soy del Real Madrid, pedí a los guionistas que Marce fuera rojiblanco, porque siempre pensé que le pegaba más. Cuando voy al Bernabéu me hacen bromas y me llaman colchonero.

                    Con Marce no compartes equipo, pero supongo que otras cosas sí…

                        Creo que tenemos en común esa nobleza que le caracteriza. También nos parecemos en que somos muy amigos de nuestros amigos y cuidamos a nuestra familia. Asimismo nos asemejamos en que tenemos una parte de Peter Pan. A pesar de ir madurando, no dejamos a un lado esa faceta de niño que todos llevamos dentro. Eso sí, considero que Marcelino es bastante más ingenuo que yo y tiene menos mala leche (risas).

                        «Lo más duro fue la muerte de Marisol y la detención de Manolita»

                        Tu personaje ha vivido etapas muy duras. ¿Hay alguna en concreto que te haya calado más hondo que otras?

                            Emocionalmente, la historia del año pasado con la muerte de Marisol (Ángela Arellano) y la detención de Manolita (Itziar Miranda) fue muy dura y exigente, aunque también hermosa. Me provocó bastante desgaste porque las tramas eran muy tristes. También recuerdo con cariño todas las escenas que guardan relación con la historia de amor de Luisita y Amelia. Saber que una de sus hijas amaba a una mujer supuso un cambio en la mentalidad de mi personaje.

                            Viajando al pasado, tú estudiaste Derecho y luego te pasaste a la interpretación. ¿Qué motivó este cambio?

                                La verdad es que yo no tenía muy claro qué quería hacer con mi vida y, como un familiar era abogado, decidí tirar por ahí. Después, mi hermano por parte de madre, Alfonso Bassave, comenzó a estudiar interpretación en la escuela de Cristina Rota y ese gusanillo que siempre tuve por la actuación, aumentó. Antes de asentarme en la profesión, probé de todo para ganarme la vida, como ser camarero en bares de La Latina.

                                Has pasado de esos inicios detrás de la barra a ser socio de algunos de los locales de moda de Madrid, porque te encanta la gastronomía.

                                    Así es. Por un lado soy socio de Decadente, un local que llevo junto con otros compañeros actores entre los que está Carles Francino (Amar es para siempre), Nacho Fresneda (El Ministerio del tiempo) y Javier Collado (Amar en tiempos revueltos). Y por otro, con Aarón Guerrro, nuestro recordado Chechu de Médico de familia, tenemos tabernas de cerveza que se llaman La Tía Feli. De momento nos va bien.

                                    «Me gusta el kitesurf y siempre que puedo me escapo a Tarifa (Cádiz)»

                                    Además de a la hostelería y con un tiempo libre más bien escaso. ¿A qué dedicas tus ratos de ocio?

                                        Disfruto mucho del mar y me gusta hacer Kitesurf. Tengo una casa en Tarifa, Cádiz, y siempre que puedo me escapo ahí a navegar. Por supuesto, también hago pequeños viajes a mi querida Galicia, de donde es parte de mi familia. Me encanta subir al norte a ver a mis amigos, a relajarme y a comer todo el marisco que mi cartera me permite (risas).

                                        Para terminar Manu, ¿estás preparando algo nuevo que podamos ver pronto?

                                            Estoy inmerso en un proyecto bastante chulo del que todavía no puedo contar muchas cosas, porque está en fase de preproducción con mi gran amigo Javier Pereira (Cuéntame como pasó). Hasta que no lo tengamos más hablado, prefiero no adelantarme. Lo que sí se puede decir es que es algo relacionado con el teatro y que, de momento, va por muy buen camino. Creemos que podrá ver la luz de cara a finales del año que viene si todo sale bien.

                                            Fuente: Leer Artículo Completo