QUÉ HA PASADO
• Soledad reacciona.
• Débora busca embarazarse y se acuesta con Marcelo.
• Pantoja ingresa en prisión.
Diógenes se cuela en la habitación de Lola dispuesto a consumar su matrimonio, pero esta se zafa y el médico sufre un paro cardíaco por una sobredosis de stimulantes sexuales. “Tú lo asesinaste. Yo sí lo amaba, no como tú. Solo te casaste con él por interés”, la acusa Etelvina cuando llega la policía. Sin embargo, es consciente de que es inocente por los vídeos de las cámaras de seguridad.
Las cosas se complican aún más para Lola cuando entre sus pertenencias encuentran un maletín lleno de dinero. Rodrigo trata de evitarlo, pero Correa se la lleva detenida. Débora se muestra muy inquieta por las amenazas de Pantoja y Marcelo promete ayudarla. Horas después, el anestesiólogo sigue sin recibir la ayuda de un abogado como había pedido y se comunica con Andrés. “Su esposa le mintió desde el principio…”, asegura. Antes de que pueda acabar la frase, uno de los reclusos le apuñala.
Verónica humilla a Adela cuando esta va a pedir trabajo a las empresas Santacruz: “No sabes ni leer ni escribir y mucho menos comportarte en su sitio como este”. No contenta con esto, la acusa de robo y ordena a los miembros de seguridad que la saquen de allí. En comisaría, Rodrigo investiga la muerte de Pantoja y Andrés, que ha ido hasta allí para interesarse por Lola, queda desconcertado al saber que el médico que hizo a Débora la prueba de embarazo era anestesiólogo y no ginecólogo.
Débora sí está embarazada
Rosa de Francia está cansada de las exigencias de Etelvina y entrega a Lola un disco que ha encontrado escondido en su habitación. Así, esta puede probar que Diógenes ingirió las pastillas por voluntad propia y la policía la deja libre. En la mansión de al lado, Andrés espera a Débora con una copa de champán y la confronta por la muerte de Pantoja: “Quiero que brindemos por el hijo que nunca nacerá. Sé de tu trato con ese médico”. La mujer trata de justificarse, pero es en vano. “Lo nuestro se acabó”, zanja él.
Pasados unos días, se celebra el entierro de Diógenes y la lectura de su testamento. “Solo heredó deudas. Los bienes de su esposo fueron congelados hasta que se resuelva una demanda por estafa”, informa el notario a Lola. Camilo ofrece su ayuda a la chica y trata de que cobre un seguro de vida que había contratado Rugeles. Marcelo tiene una acalorada discusión con Sofía a causa de Andrés: “Laura no fue más que una borracha infeliz y ese bastardo salió igual que ella”.
No imagina que el joven ha escuchado todo y va en busca de Rodrigo para que lo ayude a averiguar sobre sus orígenes. “No tienes que buscar más. Yo soy tu padre”, confiesa el policía. Lejos de aceptarlo, Andrés le recrimina que él también le haya mentido y se va sin escuchar sus explicaciones.
Tiempo más tarde, Débora accede a firmar los papeles del divorcio y le pide a Andrés que salgan a cenar por última vez. “Solo te has burlado de mí. Odio perder”, dice antes de tomar el control del volante y provocar un accidente. De inmediato, son trasladados al hospital aunque solo sufren leves contusiones. “Por suerte, ella no perdió el bebé”, informan los médicos. Al enterarse, Lola toma una drástica decisión. “No podemos estar juntos”, le dice a Andrés.
Para colmo de males, Correa le pasa una copia del vídeo donde Diógenes toma estimulantes a un periodista. Se celebra una junta en la compañía Santacruz para conocer a un nuevo inversor y Andrés se queda de piedra al ver que es Marcelo. Daniel le da su apoyo para que con sus acciones sumen mayoría y el hombre recupera la presidencia. Lola cobra el seguro de vida y decide iniciar una nueva vida en Miami. Allí, Apolo Ferrer, un modelo que acaba de debutar como actor, se divierte con Jennifer hasta que llega el esposo de esta y debe huir.
Al verlo entrar en su cuarto, Volcán le golpea en un ojo, aunque no tarda en disculparse al saber el motivo. Agapito, el manager del chico, le convence de que finja una relación con ella para adquirir más fama y la prensa no tarda en captarlos en la playa.
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