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Pasaba por aquí ha dejado sin duda a muchos espectadores rascándose la cabeza. El oscuro thriller de Netflix del director de Under the Shadow, Babak Anvari, gira en torno a Toby (George MacKay) y Jay (Percelle Ascott), dos escritores de grafitis que irrumpen en los pisos de los súper ricos para enviarles un mensaje. Cuando Toby irrumpe en la casa del juez retirado Sir Hector Blake (Hugh Bonneville), se topa con un espeluznante secreto que desencadena una serie de escalofriantes acontecimientos.
Con muchos giros y saltos temporales, la película subvierte constantemente las expectativas del público y puede ser un poco difícil de seguir. Como sabrán los fans que ya hayan visto el thriller, uno de los mayores giros tiene que ver con el personaje de MacKay.Si has visto la película y necesitas un poco de ayuda para desentrañar el final, tenemos todo lo que necesitas saber a continuación.
‘Pasaba por aquí’: la explicación del final
Al principio de la película, se nos presenta a los escritores de grafitis Toby (George MacKay) y Jay (Percelle Ascott), que han desarrollado una práctica única de irrumpir en las casas de los súper ricos y pintar un cartel con su lema: «Pasaba por aquí».
La pareja ha identificado al recién retirado juez del tribunal supremo Sir Hector Blake (Hugh Bonneville) como su último objetivo, pero Jay empieza a tener dudas sobre si llevar a cabo su plan, sobre todo porque su novia está esperando un bebé y Blake es muy apreciado, venerado como un santo que pasa mucho tiempo ayudando a los inmigrantes.
Mientras tanto, también conocemos a la madre de Toby, Lizzie (Kelly Macdonald), una consejera que muestra una relación extremadamente volátil con su hijo, que pasa la mayor parte del tiempo viendo vídeos de YouTube en su habitación. El primer gran giro se produce cuando Toby decide entrar en la casa de Héctor sin tener en cuenta las reservas de Jay, y pronto hace un descubrimiento impactante. En el sótano del juez hay fotos comprometedoras de un joven que parece haber sido herido, así como una puerta cerrada que parece tener algo inquietante detrás.
Más tarde intenta poner a Jay al corriente de su descubrimiento, pero su amigo no está interesado en escucharlo, así que en su lugar llama a la policía, que no tarda en llegar a registrar el sótano de Héctor, aunque en un principio no parece encontrar nada incriminatorio.
Tras una gran discusión con su madre, Toby decide volver a la casa de Héctor y entrar de nuevo, y aquí es donde las cosas dan un gran giro. En la habitación cerrada, Toby encuentra a un joven cautivo y promete ayudarlo, pero por desgracia, Héctor se ha dado cuenta de que hay un intruso en su propiedad y llega al lugar, asesinando a Toby de un golpe en la cabeza con un bate de cricket – que luego destruye en un horno de cerámica.
Naturalmente, Lizzie se preocupa cuando Toby no vuelve a casa durante varios días y, junto con Jay, trata de llegar al fondo de dónde ha ido su hijo. Durante su búsqueda, Jay empieza a darse cuenta de que Héctor debe haber tenido algo que ver, por lo que se dirige a la casa del juez y coge una carta de su buzón que luego finge ante Lizzie haber encontrado en la habitación de Toby.
Esto lleva a Lizzie a hablar con la policía sobre la posible implicación de Héctor en la desaparición, y pronto realizan otro registro en la propiedad de Héctor, encontrando esta vez la puerta oculta en el sótano. Aunque la habitación secreta está ahora vacía y Héctor afirma que se trata simplemente de una habitación del pánico, la sargento Ella Lloyd (Franc Ashman) no está convencida y lo arresta (aunque más tarde es liberado cuando llama a su amigo y compañero de calabozos, el superintendente William Roy).
Lizzie sigue el rastro de Héctor y pronto lo encuentra hablando con Omid (Yazdan Qafouri), un joven iraní que ha sido repudiado por sus padres por ser gay y que está esperando que se tramite su solicitud de asilo. Omid llega a casa de Héctor después de que éste le prometa que le ayudará con su situación, pero Héctor le echa un trago y empieza a hacer insinuaciones inoportunas, después de contarle a Omid una historia de su infancia. Cuando era más joven, explica, un joven llamado Ravi fue invitado a vivir con ellos por su padre, y Héctor comenzó a sentir que estaba siendo reemplazado – lo que llevó a Héctor a casi matarlo.
Como era de esperar, esta revelación hace que Omid entre en pánico y salga por la ventana cuando Héctor no está mirando. Lizzie, que ha estado esperando fuera en su coche todo el tiempo, le rescata y se marcha, pero no antes de que Héctor sea capaz de verla y reconocerla.
Más tarde, Lizzie vuelve a ver al sargento Lloyd y le informa sobre Omid, que no quiere hablar con la policía por miedo a que su solicitud de residencia permanente sea anulada. El sargento Lloyd le dice que Omid ha desaparecido y, tras hablar con Jay, que se niega a arriesgarse a entrar en la casa de Héctor, Lizzie decide tomar cartas en el asunto.
Entra en la casa de Héctor utilizando las llaves que éste había dejado en una caja de seguridad junto a su puerta, pero antes de que pueda buscar mucho, Héctor llega y la domina. La ata en su sótano y le revela que Omid también está cautivo en la habitación oculta. Héctor mata brutalmente a Omid y a Lizzie y quema sus restos.
Una semana después de la desaparición de Lizzie, Jay empieza a preocuparse y visita la casa de Héctor, pero descubre que está en venta. Sospechando cada vez más, sigue a Héctor a una celebración en su antigua escuela y luego a su nueva casa de campo, donde irrumpe y se enzarza en una pelea con el villano. Finalmente, Jay consigue dominar a Héctor y le golpea repetidamente, exigiendo saber dónde están Toby y Lizzie, aunque naturalmente no obtiene la respuesta que desea.
Pero Jay ríe el último: la película termina con la llegada de la policía al lugar de los hechos después de que él se haya marchado, y el sargento Lloyd descubre a Héctor golpeado y atado, debajo de un grafiti con el conocido mensaje: Pasaba por aquí.
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