Esta semana en ‘Inés del alma mía’, Inés, Valdivia y el resto de la expedición española parten por fin hacia Chile. Pero para llegar a la ‘Tierra Prometida’ primero tendrán que cruzar el desierto de Atacama, un extenso terreno arenoso que amenaza con exprimir al máximo su capacidad de resistencia.
En su camino hacia Chile, la expedición española no sólo tendrá que hacer frente a las inclemencias de la zona, sino que ante ellos también se cernirá la amenaza de los mapuches, una tribu que se alzará en pie de guerra contra todo aquel que ose adentrarse en su territorio.
Si quieren tener éxito en su empresa, la expedición española deberá actuar más unida que nunca, algo que se antojará complicado debido al desgaste y a un Valdivia que pronto empezará a mostrar su faceta más autoritaria al ver, receloso, las reacciones que Inés despierta entre el resto de sus camaradas.
Un rodaje entre tierras americanas y españolas
Esta historia reproduce el viaje que hicieron los personajes históricos y cuenta con una cuidada ambientación que ha sido llevada a cabo en escenarios naturales de Chile, Perú y España, donde el equipo estuvo rodando a lo largo de cuatro meses.
El rodaje, por el que han pasado más de 2.500 figurantes y ha contado con un equipo multicultural de alto nivel, de más de 350 personas, comenzó en las localizaciones españolas de Cáceres, Trujillo y La Calahorra. La producción continuó en los impresionantes enclaves peruanos de Ollantaytambo, Chinchero y Pisak, para finalizar en Chile, en los espectaculares paisajes del desierto de Atacama, Araucania, Valdivia y Santiago de Chile, donde se construyó una ciudadela de más de 5.000 m2 en la laguna Carén, para representar el origen de esta ciudad.
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