‘Fugitiva’: la fuerza del destino

QUÉ HA PASADO

• Mustafá está harto de las peleas de Saniye y Asiye.

• Nefes se pone enferma y su hijoYigit cuida de ella.

•Tahir escapa de la policía y se esconde en el bosque.

Tras convertirse oficialmente en una mujer divorciada, Nazar está dispuesta a luchar por el amor de Murat y enfrentarse a lo que sea necesario. Así pues, decide mudarse con él a su casa sin pedir permiso primero a su padre. “Ya no quiero seguir alejada de ti, siempre te he querido. Intentaba reprimir este sentimiento por el odio entre nuestras familias”, asegura la enfermera. El muchacho se emociona al escuchar las palabras con las que tanto tiempo llevaba soñando y abraza a su amada. “Cásate conmigo, construyamos la vida en común que nos merecemos”, dice mirándola a los ojos con gran cariño.

Horas más tarde, cuando descubre que su primogénita se ha ido con los Kaleli, Cemil monta en cólera, se presenta en el hogar de estos y les apunta con un arma. “¡Devolvedme a mi hija, desgraciados!”, grita colérico. La joven sale a la calle y le ruega que se marche: “Yo estoy aquí por mi propia voluntad, lo siento, pero no me iré contigo”. Dagdeviren, dolido por la negativa, la repudia delante de los presentes: “Ya no eres de mi sangre”. Minutos después, llega a su domicilio, deja la pistola encima de la mesa y se sienta en un sillón. Türkan se acerca a él: “Entiendo que estés triste por lo ocurrido con Nazar y si quieres alejarte de ella estás en tu derecho, pero yo jamás le daré la espalda”. A esta decisión se suma Mercan, que asegura que apoyará a su hermana siempre que lo necesite.

Por otro lado, Nefes ha decidido quedarse una temporada en casa de Nermin, la señora que la encontró durmiendo en un coche abandonado y decidió ofrecerle un baño caliente. La anciana se ha convertido en su ángel de la guarda, y tanto a ella como a su hijo les da comida, techo y buenos consejos. Una tarde, ambas mujeres se encuentran preparando la cena y la dueña de la vivienda sugiere a su invitada que sopese regresar con su familia: “Te fuiste porque pensaste que ellos estarían mejor sin ti, pero seguro que no han dejado de buscarte”.

A su vez, Yigit, consciente de la falta de dinero de su madre, toma una decisión. El niño se marcha al bar donde su progenitora consiguió hace unos días trabajo como limpiadora de platos y habla con el dueño: “Como ella todavía sigue un poco enferma me gustaría ocupar su lugar. Déjeme fregar algo de la vajilla, le prometo que lo haré estupendamente”. El señor se ablanda con el gesto tan puro del pequeño y, para que se sienta bien, accede: “De acuerdo, jovencito, pero solo lavarás un par de vasos y te daré unas monedas a cambio”. Él se lo agradece con una amplia sonrisa.

Sayar inicia un plan de venganza

Lejos de allí, Tahir busca a Friket para que lo ayude a escapar del país junto con su familia. El hombre está decidido a dejar Estambul y marcharse a Rusia en cuanto los encuentre. “Te dejo sus fotos para que puedas hacer unos pasaportes falsos y así podamos cruzar la frontera sin complicaciones”, dice Kaleli mientras extiende las instantáneas a su interlocutor. Este le promete que hará lo que esté en su mano para entregarle la documentación: “Estate tranquilo, tengo contactos que nos servirán de mucho. Además, no suelen hacer preguntas”.

Vedat escucha escondido toda la conversación entre los dos hombres. Ya ha mejorado bastante de sus heridas de bala y ha recuperado por completo el conocimiento. Ahora entre las sombras de su escondrijo, planea una venganza contra todos aquellos que, según él, le han destrozado la vida.

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