El actor británico Freddie Highmore, protagonista de la serie The Good Doctor, habla de la evolución de su personaje en la tercera entrega de la ficción, que actualmente emite Cuatro en el prime time de los martes, con la entrada en juego del amor en sus tramas. Una línea argumental que se mantiene también en la cuarta temporada de la serie que ya ha estrenado AXN.
Eres británico y has rodado en Vancouver ‘The Good Doctor’ y ‘Bates Motel’. ¿Cómo ha sido esta experiencia?
Aunque trabajo en Vancouver, ciudad que adoro, sigo sintiendo que mi hogar está en Londres con mi familia. Es gracioso que después de pasar cinco años en Vancouver rodando Bates Motel, regresase allí para grabar el episodio piloto de The Good Doctor. Una de las cosas que más me gustan de esta ficción es que buena parte del equipo trabajó en Bates Motel. Parece que la familia que formamos en esa serie permanece aún intacta.
¿Cuál es la clave del éxito en tu carrera profesional? ¿Trabajo duro o suerte?
Creo que Vancouver y también la suerte han sido algunas de las claves del éxito. Siempre me he sentido afortunado por trabajar con gente maravillosa en televisión cuando era joven y por las oportunidades que he tenido. Que The Good Doctor surgiera justo después de Bates Motel fue una casualidad increíble. Tres días después de que finalizara el rodaje, me reuní con David Shore, el creador de la serie, y me ofreció que trabajase con él. Era una auténtica locura debido al poco tiempo entre una producción y la otra, pero tuve mucha suerte ya que si Bates Motel se hubiera retrasado un mes, no habría podido participar en este proyecto. Además, siempre he intentado aprovechar al máximo cada oportunidad.
¿Cuál ha sido el mayor desafío de este papel?
Shaun es posiblemente el personaje más complejo que he interpretado en mi carrera. Mi mayor preocupación era reflejar el hecho de que Shaun es autista de la manera más veraz posible y representarlo correctamente en pantalla. En cuanto a la preparación del personaje, es este papel en el que he llevado a cabo la mayor labor de investigación, más que en cualquier otro proyecto. Además, siempre he estado muy pendiente del crecimiento y de la evolución personal de Shaun sin olvidar que padece autismo, que es una parte de él que nunca cambiará. Este papel es un desafío continuo, porque Shaun siempre está evolucionando y creciendo en el nuevo ambiente que él mismo ha creado en el hospital. No es un personaje estático y me gusta que el guion de David Shore haya permitido la progresión de este personaje.
Shaun se ve inmerso en un romance por primera vez en la serie. ¿Te has sentido nervioso por ello?
No, nunca me he sentido así. Creo que es una nueva oportunidad de contemplar un nuevo aspecto de Shaun, algo que todos sentimos. Uno de los primeros documentales que vi durante mi preparación para The Good Doctor fue Autismo Enamorado, centrado en las emociones más universales, optimistas y esperanzadoras, pero que probablemente la gente no las asocie con quienes padecen autismo. Y es por eso estoy tan entusiasmado con esta temporada: porque profundiza en cómo Shaun experimenta el amor. Estas pequeñas alegrías en la vida de Shaun permiten que la serie siga viva y que los espectadores puedan ver cómo afronta estas situaciones llenas de matices.
Durante la preparación del personaje, ¿hablaste con alguna persona que padecía autismo antes de interpretar a Shaun?
Antes de la serie, estaba al tanto del autismo por personas cercanas a mi entorno que sufren autismo o de algunos familiares suyos que lo padecen. Sin embargo, el personaje de Shaun no está basado en ninguno de ellos en particular. Durante la preparación del papel, he descubierto que el espectro del autismo es muy amplio y que no existe una versión que represente a todos los que lo padecen.
¿Has tenido feedback por parte de personas autistas o familias con miembros que padecen autismo?
Sí y es maravilloso. He conversado con diversas personas que forman parte de un colectivo de apoyo a los autistas. Ellos contribuyen a hacerte sentir que The Good Doctor sea más que una simple serie de televisión, porque sientes que hay una conexión especial con el personaje o la historia. Creo también que hay ocasiones en las que la gente conecta con la ficción y con Shaun, porque hay partes de él en las que los espectadores ven reflejados aspectos de alguien que conocen. Otro de los grandes atractivos de la serie es el optimismo y la esperanza que transmite Shaun. Tener un personaje como él nos muestra un futuro más esperanzador.
¿Por qué se decidió apostar por alguien con autismo como principal protagonista de la serie?
Me siento muy afortunado de que hayan confiado en mí para contar la historia de Shaun. Y aunque sé que él no puede representar a todos los que padecen autismo, espero que sirva como punto de partida para realizar una búsqueda más amplia sobre la enfermedad y para entenderla más profundamente a través de los ojos de un personaje.
Has hecho una impecable transición de la infancia a la edad adulta como actor. ¿Cómo lo has logrado?
Siento que la televisión ha sido el escenario perfecto de esta transición. De hecho, durante mis cinco años en Bates Motel he ido creciendo paulatinamente con la serie. Al inicio de la ficción Norman era un chaval, pero no lo suficientemente hombre, y al final de la serie esa transición estaba teniendo lugar tanto en la pantalla como en mi vida personal. Y The Good Doctor puede ser la continuación natural de ese proceso.
¿Qué te ha aportado el personaje de Shaun?
Además de lo mucho que aprendes sobre la enfermedad y el colectivo autista, creo que Shaun y cada personaje que interpretas te afecta de una manera determinada. El personaje de Shaun me hace ser menos cínico y más optimista y me permite ver ese mundo a través de sus ojos. Los británicos somos bastante cínicos por naturaleza y tenemos un sentido del humor sarcástico, algo que Shaun ha logrado paliar en mí. Es genial.
¿Es difícil conectar y desconectar de la serie?
Siempre es raro. El 99% del tiempo que estamos en Vancouver nos volcamos en el rodaje y también hay breves periodos en los que te vas de la ciudad y posteriormente vuelves a esta pequeña burbuja para continuar trabajando en la serie.
¿Qué importancia concedes a los premios?
Realmente nunca ha sido ese mi objetivo. El reconocimiento siempre es agradable y siento que es un éxito colectivo para todos, como la nominación a los Globos de Oro que celebramos en el plató. Estos momentos son bonitos para todo el equipo y siempre se agradece tener pequeñas cosas que celebrar.
¿Lees todo lo que se escribe sobre tu labor interpretativa?
En realidad, no. ¿Debería? (risas)
Cuando terminas de grabar una temporada de la serie, ¿sigues sin leer nada sobre tu trabajo?
Mi mayor satisfacción es cuando David Shore me comenta que está encantado con una escena que he hecho. Si empiezas a leer artículos, probablemente influyan en lo que estás planeando hacer. Por supuesto, las personas buscan el feedback y desean saber cómo están yendo las cosas, pero yo esto lo recibo de personas cercanas o en las que puedo confiar, como David Shore. Con él mantengo un diálogo constante y fluido sobre cuál es la mejor manera de reflejar a Shaun en distintas situaciones.
¿Ves la serie?
Sí, la veo. Estoy involucrado a un nivel de producción en la ficción, así que en ese sentido veo los planos grabados y comento a David Shore los aspectos a mejorar. De esa manera trato de ayudar a David en su labor lo máximo posible y ofrecerle mis consejos y sugerencias, pero es él quien decide lo que es mejor para la serie.
Has trabajado con actores de primer orden, como Vera Farmiga. ¿Tienes algún proyecto con ella?
Me encantaría volver a trabajar con Vera. Cuando trabajábamos en Bates Motel, que era una producción más modesta, daba la sensación de que hacíamos cine independiente, porque los escenarios eran pequeños y rodábamos en plena noche y bajo la lluvia. Haber vivido esa experiencia con Vera siempre me animará a repetirla.
¿Tienes previsto rodar alguna película?
Sí, siempre que tenga tiempo. De hecho, trabajé en una película en España en el descanso entre la segunda y la tercera temporada de The Good Doctor: Way Down, un tipo de filme muy diferente sobre un atraco. La mayor parte se rodó en inglés, pero al menos el 25% en español con Luis Tosar y José Coronado, dos maravillosos y brillantes actores con los que he tenido la suerte de trabajar.
¿Cómo fue tu experiencia madrileña?
Me encantó trabajar en Madrid. Congenié increíblemente bien con Luis Tosar. Es un hombre encantador. Y fue divertido regresar a Madrid, donde había pasado un año mientras estudiaba filología en la universidad, por lo que volver a la ciudad fue un tanto nostálgico.
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