QUÉ HA PASADO
• Tahir es encerrado tras disparar tres veces a Vedat.
• Nefes decide marcharse de la casa de los Kaleli.
• Asiye da a luz a un niño al que llaman Mehmet.
Desde que Asiye regresó a casa tras dar a luz, la relación con su suegra ha empeorado notablemente. La causa es la crianza del pequeño Mehmet. Resulta que la matriarca del clan está decidida a imponer su voluntad e, incluso, quiere que su nieto recién nacido duerma con ella en su cuarto. Por supuesto, su nuera se niega rotundamente. “Es mi hijo y yo sé qué es lo mejor para él, no soy una madre primeriza, así que no debe darme lecciones de nada”, le espeta cuando discuten.
Mustafá es testigo de la disputa entre ambas y su esposa le exige que tome partido. El hombre ya no puede más: “Solucionad vuestros problemas solas, dejad de meterme en medio de todo. Estoy harto de los gritos constantes”.
Yigit cuida de su madre cuando enferma
Por otro lado, Nefes y su pequeño continúan su vida lejos de los Kaleli como vagabundos, y han encontrado un coche abandonado donde poder vivir. Sin embargo, las noches frías empiezan a pasar factura a la joven, que termina padeciendo un fuerte resfriado y llega hasta a desmayarse a causa de la fiebre. Yigit se asusta mucho al verla así, pero consigue reaccionar y se acerca hasta un restaurante. El dueño del lugar le de algo de sopa para su madre. “Muchas gracias, así se encontrará bien”, asegura el niño.
Al día siguiente, la enferma se siente bastante mejor y su pequeño se alegra por ella. Hasta el automóvil en el que residen, se aproxima una desconocida. “Os veo desde la ventana de mi casa dormir aquí y se me parte el alma. Venid a mi hogar y podréis comer y daros un baño, estaréis calientes”, sugiere la amable anciana. Ambos aceptan encantados.
Cerca de allí, Tahir Kaleli sigue huyendo de la policía. El hombre ha pasado los últimos días en el bosque, comiendo raíces y bebiendo el agua de los ríos. Encontrar a su familia es lo más importante para él: “No seré feliz si no están a mi lado y tampoco me perdonaría que les pasara algo”.
Una mañana, se dirige al café de un pueblo y encuentra un trozo de la cometa que le regaló a su hijastro atado a la reja del local. Cuando entra, Kaleli pregunta al hostelero por el pequeño, pero este niega haberlo visto.
Por su parte, Alí hace todo lo posible para dar con el paradero del fugitivo, pues sabe que es mejor que lo encuentre él a que lo hagan otros agentes. “Estoy preocupado, no sé donde está ahora mismo”, comenta a Esma. Ella le dice que si tiene la opción de hablar con él, debe decirle que se entregue: “No puede esconderse siempre”.
En otra parte de la ciudad, Mercan recibe una llamada de teléfono confirmándole que su divorcio de Vedat se hizo oficial. Finalmente, es una persona libre sin ninguna atadura. La enfermera no aguanta las ganas de decírselo a Murat. Mientras, su padre comunica a su familia que deberá irse un par de días debido a un negocio. A Türkan no le gusta la idea, pues piensa que su ya exyerno puede aprovechar su ausencia para atacarlas. Lo que la señora Dağdeviren no sabe es que no está en condiciones de vengarse de nadie. El empresario ha salido del hospital y ahora se hospeda en la casa de Friket, quien le cuida con cariño. Sayar no tiene fuerzas para levantarse siquiera de la cama, ya que los tres disparos que recibió lo han dejado al borde de la muerte.
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