QUÉ HA PASADO
• EL cuerpo de Marisol aparece en un portal.
• Emma deja a su novio pues debe casarse con Manolín.
• A Guillermo se le olvida el cumpleaños de Libertad.
Por fin, la autopsia ha finalizado y los Gómez pueden dar sepultura a Marisol y descansar en paz. Luisita ha vuelto de Inglaterra para apoyar a su madre, que no se mantiene en pie desde el día que tuvo que reconocer el cadáver.
Además, el entierro será la primera misa que oficie Gorka en el barrio. “Hubiera preferido un bautizo, pero desde que llegamos a este mundo la muerte está presente…”, empieza su emotivo sermón que alivia un poco el dolor de la familia, pero al volver a casa, la tristeza envuelve el ambiente. “Nadie está preparado para enterrar a un hijo”, dicen.
Ajena a este sufrimiento, Estefanía busca la forma de atraer clientes al Metrópolis y agradece a Abel que fuese a la inauguración. “Encantado, con el local y con usted”, comenta el capitán, dejando claro su atracción por ella.
Después de su último atraco, esta vez Fabián no va a poder librarse de ir a juicio. “Alguien tendría que hacerse cargo de su tutela”, plantea Gorka a Maica, que casi ni le escucha pues está volcada en sacar adelante el obrador.
Entre tanto, Benigna se da cuenta de que ha cometido un grave error al llevar a Virginia a casa de los Santibáñez. Socorro está encantada con ella y relega a Castro a tareas menores. “Al final, me quita el puesto. Ya verás”, piensa y luego se desahoga con Justo.
Sin duda, Manolín es el más afectado por la ausencia de Marisol y se imagina a su lado en muchos momentos, hablando con ella y pidiéndole consejo. Marce es testigo y cree que ha perdido la cabeza pero se lo oculta a Manolita, al igual que el motivo de la muerte de Marisol. “La hundiría. Está convencida de que estaba totalmente rehabilitada”, explica a Pelayo.
En el bufete, Quintero y Cristina no dan crédito al cambio de Guillermo. “No tiene nada que ver con el abogado que se fue hace un año. Su capacidad profesional se ha esfumado”, comentan preocupados. Antes de que vaya a más, deciden enfrentar la situación con su amigo: “Necesitamos tu empuje para sacar los casos adelante. ¿Qué te pasa? Puedes contar con nosotros”.
Miguel se entera del verdadero motivo por el que su jefa se ha instalado en Madrid: quiere estar más cerca de su hermano, preso en Carabanchel. Por si fuera poco, el espía aprovecha también la buena sintonía que ha surgido entre Estefanía y Abel.
La cercanía entre Gorka y Maica es cada día mayor, pero esta se queda de piedra al descubrir su pasado: estuvo una larga temporada en la cárcel. “¿Cómo es posible? Era un adolescente tan bueno y alegre…”, se pregunta en silencio y, más tarde, decide hablar con el cura para cicatrizar heridas que quedaron abiertas entre ellos.
Al final de la conversación, Gorka se atreve a pedirle un favor: “Te ruego que asumas por un tiempo la tutela de Fabián para evitar que acabe en un reformatorio. Es rebelde pero te aseguro que tiene un gran corazón”.
Con astucia, Estefanía da la vuelta a la tortilla y descubre la doble identidad de Miguel. Además, acude a Quintero para que la asesore en el tema de su hermano: “Me preocupa su situación. Por ahora no puede recibir visitas”.
Mientras tanto, Socorro continúa centrada en los preparativos de la boda de su sobrina Emma y, con malicia, excluye de las invitaciones a Benigna: “Lo siento pero alguien tiene que quedarse en la casa por si falta algo. En cambio, que venga Virginia”.
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