Todavía recuerdo mis años de adolescencia en los que empezaba a meter un lápiz negro de ojos en el bolso como único objeto de maquillaje en aquel momento. Desde entonces, siempre me acompaña, aunque la forma de utilizarlo ha variado afortunadamente.
De pintar con afán la línea de agua casi como si estuviera tatuada, a hacer pequeñas marcaciones en el extremo superior del ojo para agradarlo o elevarlo o dar un ligero toque de color por la línea de pestañas y difuminarlo con el dedo. Lo que está claro es que, más allá de bases de maquillaje o correctores, si hay un favorito del maquillaje que es universal, pasen las tendencias que pasen, es el lápiz de ojos negro, el clásico khol.
Y aunque estas últimas han hecho que los lápices de ojos de colores vayan cogiendo fuerza y ganando adeptos (los favoritos, los marrones, verdes y azules), el negro siempre será el TOP1.
Pero elegir un buen lápiz de ojos tiene su librillo. Para empezar, no nos vale cualquiera. Un buen lápiz de ojos debe reunir, al menos, estas 7 características:
- que pigmente a la primera y no haya que dar varias pasadas para que sea intenso
- que sea cremoso
- que sea duradero e imborrable
- que sea waterproof
- que no transfiera
- que a su vez, pueda eliminarse bien
- que tras su aplicación, seque rápido
Pues bien, hemos dado con el lápiz que cumple con las 8 y que debería estar en todos los bolsos.
Es el famoso Tattoo Liner de Maybelline New York. Un lápiz de ojos semipermanente, waterproof, no transferible y con una duración de hasta 36 horas que está disponible no sólo en negro intenso (el tono 900 Deep Onyx), sino en 15 tonos más.
Su pigmento es como un tatuaje: no se borra, es waterproof, es resistente a roces, sudor y lágrimas, se aplica de forma fácil por su cremosidad y es un lápiz en formato madera, que permite sacar punta de forma rápida y limpiar con agua micelar.
Permite hacer trazos hiper finos y gruesos en función de su punta, hacer difuminados y efectos ahumados e incluso utilizarlo como sombra si coloreas el párpado y difuminas después.
Un lápiz negro que, si lo hubiera pillado en mi adolescencia, lo hubiera devorado. Y ahora, en Amazon, el nº1 más vendido en la categoría de Delineadores de ojos porque además, su precio ayuda: cuesta 3,50 €. Se avecina pedido en masa.
Vía: ELLE ES
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