Hubo un tiempo en que los leggings eran todo lo contrario a lo que se espera de la sofisticación y la elegancia. Relegados durante muchas temporadas a los estilismos de “andar-por-casa-o-salir-hecha-un-cuadro-a-la-calle” y a los looks para practicar deporte, estos pantalones que fueron la silueta estrella en los 80, experimentan ahora un nuevo esplendor. Si el verano pasado la pasarela se rindió ante la versión acortada de las mallas –los famosos hot pants– en un más difícil todavía y durante el invierno fueron piezas clave alrededor de los cuales vertebrar los estilismos más sobrios, en la primavera de 2020 los leggings se erigen como la solución práctica (y estilosa) para pasar largas horas a cubierto sin renunciar a la elegancia. Las firmas de lujo ya lo anunciaron durante las semanas de la moda. Off-White y Saint Laurent, por ejemplo se preocuparon por dejar muy claro que, si los combinas apropiadamente, son capaces de componer un look para (casi) cualquier ocasión, y las prescriptoras de moda y las firmas del circuito comercial no hacen sino confirmarlo.
A las puertas del verano, existen infinidad de siluetas de leggings y todas conviven en perfecta armonía. Están aquellos que son perfectos para (tele) trabajar, pero también los que resultan comodísimos para entrenar, para hacer yoga e, incluso, los que condensan en una silueta tantos atributos que los convierten en ideales para llevar 24/7. En plena cuarentena, editoras y consultoras de moda van un paso más allá y alaban en sus feeds de Instagram las bondades de las mallas, pero también de su versión más arriesgada en forma de mono ajustadísimo que podría convertirse en tendencia post confinamiento. Pero más allá de esta polémica tendencia, ahora más que nunca es el momento de dejar prejuicios a un lado y dar la oportunidad a una tendencia susceptible de alcanzar la categoría de básico atemporal.
© Cortesía de Zara
Leggings con abertura, de Zara. COMPRAR
A medio camino entre un pantalón de vestir y unas mallas para entrenar, la última apuesta de firmas del circuito comercial como Zara y Mango pasa por darle una nueva vuelta de tuerca a los skinny de toda la vida y hacer de esta pieza un imprescindible del fondo de armario capaz de admitir múltiples interpretaciones y convivir junto al conjunto coordinado, la camisa masculina y los vaqueros rectos.
En la práctica, periodistas, influencers y consultoras de moda como las francesas Camille Charrière y Leia Sfez o la italiana Erika Boldrin han sido de las primeras en abrir las puertas de sus vestidores a estos leggings con abertura lateral que estilizan infinitamente más que unos pantalones pitillo. En su habitual chic-parisino-sin-esfuerzo, Camille lo combina con una de las camisas de cuello importante que marcan la pauta esta primavera; un cinturón y unas sandalias de tacón completan un look que ella lleva ahora en casa pero que todas podremos emular este verano.
En plena cuarentena –nótense los guantes de protección–, Leia Sfez sale a hacer la compra y compone un estilismo vertebrado alrededor de las zapatillas más buscadas y tira de básicos como la camiseta blanca, la sudadera gris (a los hombros) y el capazo-cesta-de-la-compra que firma Loewe.
Erika Boldrin reivindica cierta dosis de sofisticación en casa y apuesta por un cinturón dorado con charms y doble cadena. La camiseta blanca masculina y los pies, descalzos, hacen el resto.
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