Para comenzar este tema, hemos de partir de una fotografía en la que Khloé Kardashian posa rodeada de frascos de Febreze (una marca de ambientadores), algunos de ellos embellecidos en cristales que emulan los vasos de café ‘embellished’ de TaylorMade Bling de los que Jennifer Lopez no se separa. Sin embargo, una cosa es promocionar productos de moda y belleza y otra bien distinta es anunciar Febreze, por lo que sus fans se han echado a las redes para mofarse de ella. Kim Kardashian ha intentado quitarle hierro al asunto comentando en la fotografía que ella necesita uno de esos frascos con cristales, en un cariñoso intento de convertir un frasco de Febreze en el último objeto de deseo. Pero el daño ya estaba hecho.
Lo cierto es que su familia está más que acostumbrada a este tipo de acciones, pues precisamente Kylie Jenner acaba de subir una imagen en la que sortea 35.000 dólares y diversos accesorios de Gucci en sus redes. Lo hace posando en las escaleras, repletas de bolsos de la marca, enfundada, eso sí, en un vestido de Cotton Citizen y botines y pendientes de Balenciaga. De esta forma queda claro que no es una acción de la empresaria con Gucci, sino con una empresa que se encarga de gestionar sorteos.
Kendall Jenner hace lo propio con productos de Louis Vuitton, pero ella ni se molesta en explicar en el texto en qué consiste el sorteo. Etiqueta a la empresa responsable y posa desnuda rodeada de bolsos y bolsas de Louis Vuitton. Quién sabe: quizás le ha echado algo de Febreze al sofá antes de tumbarse sobre él sin ropa…
Por supuesto, el problema real no viene cuando las celebrities promocinan labiales, bolsos o incluso botellas glam de Febreze, sino cuando anuncian productos que pueden dañar la salud. Hablamos por supuesto de batidos para perder peso e incluso piruletas con fines parecidos, otra práctica habitual entre las Kardashians. Stephen Powis, director médico del Servicio Nacional de Salud británico (NHS), daba su opinión al respecto a ‘The Telegraph’: “Estas celebridades tan influyentes están defraudando a las personas que las admiran vendiendo productos que, en el mejor de los casos, son ineficaces y, en el peor, dañinos”, explicaba. “Las compañías de estas redes sociales tienen el deber de acabar con la práctica de individuos y marcas que utilizan su plataforma para dirigirse a jóvenes con productos que se sabe que ponen en riesgo la salud”. Por su parte, la actriz y activista Jameela Jamil cargaba contra Kim Kardashian y sus supuestas piruletas mágicas. “No. Que te den. No. Eres una influencia terrible y tóxica para las chicas jóvenes. Admiro la capacidad de tu madre para hacer marca, es un genio, explotadora pero innovadora. Sin embargo, esta familia me hace sentir realmente desesperada cuando veo a lo que reducen a las mujeres”.
Inofensivos son los posts que hacen influencers como Natalia Cabezas, más conocida como Trendy Taste, que anuncia todo tipo de productos de moda, belleza y estilo de vida. Pero cuando las celebrities promocionan cosas que pueden atentar en contra de la salud, e incluso cuando promocionan productos que no encajan dentro de la línea editorial de sus redes (porque si creemos que los influencers carecen de una, nos equivocamos), es cuando realmente nos sentimos estafados. Khloé Kardashian que tiene, por supuesto, un equipo de limpieza en su casa, chefs personales y un sinfín de gente a su cargo para que no tenga que preocuparse de nada, ¿de verdad pretende que creamos que le echa Febreze a sus sábanas? ¿Quiere Kim Kardashian que pensemos que su cuerpo es fruto de tomar piruletas, no de tener dos entrenadoras personales a su servicio? En definitiva, ¿nos están tomando el pelo con tal de ganar dinero?
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