La temporada de bodas está a punto de descorcharse y con ella llega la locura del «qué me pongo» de rigor. Pues bien, para todos aquellos enlaces que se van a producir antes de que el calor llegue de verdad, es decir, abril y mayo principalmente, la pregunta va acompañada de la incertidumbre meteorológica. No tener claro si lloverá, hará frío o calor suele complicar un poco la decisión. Por eso, apostar por looks de entretiempo que nos permitan montar o desmontar prendas a nuestro antojo es clave para salir airosas.
En este tipo de bodas lo más fácil es apostar por vestidos midi y de manga larga. Con ello nos aseguraremos no pasar frío (o no demasiado) sin necesidad de tener que recurrir a más prendas de abrigo. Un trench o una sencilla blazer bastarán para tener el look completo.
En el street style nórdico, las prescriptoras de moda saben bien lo que es llevar vestidos con prendas de abrigo ligeras. Si optas por recurrir a tiendas low cost para encontrar tu vestido ideal, como elemento clave para sacarle el máximo partido nada como unas buenas sandalias de firmas de lujo. Un equilibrio perfecto si de lo que se trata es de elevar tu look sin invertir demasiado. Además, piensa que el calzado es siempre una inversión para tu fondo de armario. ¿Preparada para ser la invitada mejor vestida de la boda?
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