A los veinte experimentamos, a los treinta deseamos averiguar cuál es nuestro estilo, y después… llegan esas décadas mágicas en que nos sentimos más seguras y nos conocemos mejor. De ahí se deriva un autodescubrimiento que afecta a nuestra manera de vestir, y por eso, cuando estamos necesitadas de inspiración, deberíamos recurrir a las mujeres de 40 y 50 que tenemos a nuestro alrededor. Ellas saben bien la importancia de atesorar un vestido camisero que nos saque de cualquier apuro, una americana que combine con todo nuestro vestidor o esas sandalias que convertirán nuestro traje de chaqueta en una opción perfecta para el verano. Y de ellas, por tanto, es de quienes queremos aprender hoy.
Hablar de su estilo es pensar en aquella Miranda Hobbes de "Sexo en nueva York" y sus looks siempre prácticos y funcionales (lo sentimos, Carrie, hoy no te toca a ti), o en otra Miranda, en este caso Priestly, a quien daba vida Meryl Streep en "El Diablo Viste de Prada", y que nos dejaba atónitas con sus americanas impecables y sus vestidos negros imbatibles. Por eso, la idea es adaptar aquellos estilismos a nuestra personalidad, tomando de aquí y de allá para conseguir la mezcla perfecta entre su seriedad y su aura de profesional triunfadora, y nuestro toque más desenfadado.
El viaje comienza en esta galería.
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