La combinación perfecta entre tradición y vanguardia forma parte del ADN de Louis Vuitton, una firma capaz de sorprender en cada una de sus colecciones. Pero la modernidad de sus piezas solo se entiende echando la vista atrás hacia el pasado, hacia el taller original de la firma en Asnières, a las afueras de Paris, abierto en 1859, un referente de innovación y diseño que hoy sigue siendo el corazón de la maison y ese lugar de donde nacen piezas únicas destinadas a perdurar.
Su taller, reabierto en enero de 2005 después de una extensa renovación, sigue siendo el gran protagonista de un complejo que también acoge la antigua casa familiar Vuitton –con su atrevido recibidor estilo Art Nouveau, que se conserva tal y como sus últimos residentes lo dejaron– y el Museo del Viaje, que muestra las creaciones emblemáticas de la maison, así como una colección excepcional de baúles del Renacimiento y del siglo XVII, atesorados principalmente por Gaston-Louis Vuitton, hijo mayor de Georges Vuitton.
Allí, los maestros artesanos entrenan a sus aprendices en todas las disciplinas, es donde se fabrica todo el equipaje rígido de Louis Vuitton y donde se crean las ediciones limitadas de bolsos para los desfiles. Un espacio donde manda el savoir faire y de donde han salido piezas únicas que ahora llegan desde Asnières a Madrid y que prometen enamorar a los clientes de Louis Vuitton, en la tienda de Madrid en la calle Serrano.
Como un esbelto y exótico árbol con sus raíces en forma de trípode: así es el totem floral de la colección Objets Nomades. Creado por el interiorista Damien Langlois-Murinne, está inspirado en la forma del bolso Noé.
Los bolsos de Louis Vuitton forman parte de la historia de la moda. El bolso Pont 9 (en primer término de la imagen) debe su nombre al famoso puente parisino ubicado frente a la sede de Louis Vuitton. Realizado en piel de aligator, su toque mate se obtiene cepillando la piel con aceites naturales.
Detrás, el diseño petite boite chapeau creado por Nicolas Ghesquiére e incluido en la colección de Nuevos clásicos. Presentado en el desfile Crucero SS18, está inspirado en la boite chapeau y estampado con la técnica tie-dye.
Esta colección sintetiza lo mejor del savoir faire de Louis Vuitton y el diseño innovador de destacados creadores contemporáneos. Creado por los diseñadores brasileños hermanos Campana, Cocoon es una pieza inspirada en la naturaleza, en la crisálida, y es un lugar acogedor y relajante para descansar.
Su exclusividad viene dada también por su limitada producción: solo se crean 8 unidades en el mundo de cada color y, cuando se agotan, el color queda descatalogado. Se necesitan 200 horas para crear de manera artesanal cada uno de ellos.
El nombre de la primera tienda de Louis Vuitton sirve para bautizar esta colección. Elaborados en distintas pieles exóticas, representan el clasicismo chic de la firma.
En el siglo XIX los sombreros eran símbolo de elegancia y distinción, pero su gran tamaño dificultaba el transporte en los viajes largos. En 1924, Louis Vuitton creó la primera sombrerera redonda. La lona Monogram se convirtió así en el símbolo del viaje con estilo. Con una estructura en fibra de vidrio para hacerlo resistente y ligero y con un interior elaborado en textil para conservar mejor los sombreros, era el accesorio más deseado de la época para viajar.
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