La vida, más que una caja de bombones, debería ser una bolsita de papel arrugado llena de chucherías; caramelitos de colores lo suficientemente atractivos y de distintos sabores como para que siempre apetezca uno diferente aun viviendo alejada de los azúcares. Rojo, fresa. Amarillo, limón. Azul, piña. Clásicos, y con el ingrediente de la nostalgia en ingentes cantidades, siempre saben bien. Será el recuerdo lo que más alimenta. Ya se sabe lo que pasa cuando alguien menta las palabras mágicas 'Pantera Rosa', se hace el conjuro.
El revival por lo que se comió, bailó, escuchó y llevó varias décadas antes es el mejor de los reclamos, especialmente si el éxito dejó un dulce poso en al menos una generación de jóvenes. Las piezas, prendas y canciones se tornan intocables y míticas, la memoria las agranda casi siempre con motivo y la moda en este caso hace el resto. La moda y Miuccia Prada, la dama que nos ha regalado la posibilidad de llevar en 2020 el bolso que arrasó en el último inicio de siglo, cuando las que lo lucían en Ibiza o en Los Ángeles estrenaban la etiqueta de 'it girl' -Paris Hilton entre ellas- con un bolso pochette bajo el brazo, mientras otras suspiraban al verlas tras pasar las páginas de las revistas. Tú, yo, y todas.
© Getty Images. Ilustración Mar Lorenzo.
Quizás por el tiempo pasado, y seguramente por atesorar el poder visionario que siempre se le ha atribuido a la empresaria y diseñadora al frente de Prada, lo cierto es que el minibolso Prada Re-Edition 2000 es, como ha pasado recientemente con otros como el Saddle de Dior, la tendencia elevada a la máxima ponencia vista en la actual semana de moda masuculina de Milán. La tendencia de la tendencia, la conversión de un bolso confeccionado en nylon, tejido estrella de la casa, en un símbolo de estatus, de pertenencia al mundo de la moda o incluso si se quiere, a un poderoso club que comparte gustos, hashtags en las redes y una memoria privilegiada, pues quienes lo llevan hoy no pudieron hacerlo, por edad, en el año 2000: María Bernard, Eleonora Carisi, Bella Hadid… pero fue verlo y quererlo.
© Cortesía Prada
Esta chuchería con el mítico logo triangular de Prada esmaltado tiene el tamaño perfecto para llevar lo estrictamente necesario, y aunque el adjetivo que encabeza su nombre es 'mini', este confunde, pues no se acerca ni de lejos a Le Chiquito de Jacquemus; estaría más en consonancia con el baguette de Fendi, otro clásico con sabor de antaño que no nos importaría llevar hoy, pero, ¿cómo?
Las millennials, las jefas del street style y de las tendencias, lo llevan en 2020 tal cual se lucía en el año 2000, pues una de las principales caracterísitcias del Re-Edition 2000, más allá de su tejido técnico y de su diseño, es cómo queda perfectamente encajado bajo el brazo, al codo como la Reina de Inglaterra o colgando de la mano.
Disponible en ocho colores, nuestro favorito es el negro. Y el rosa begonia. Y el azul astral. Y el rojo. Y el amarillo piña. Y el beig camafeo. Y el azul violáceo. Y de nuevo el negro, pero con algún mínimo detalle en rojo.
Millennials de hoy y de siempre, este es nuestro bolso. Y Miuccia nos lo ha regalado.
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