Hasta hace muy pocos años, la manera más rápida y efectiva de conquistar Hollywood para una actriz joven y extranjera era orquestar un ‘showmance’, un noviazgo-show, una relación por contrato. El ‘showmance’ funciona de la siguiente manera: los participantes acuerdan fingir una relación durante un tiempo determinado, muchas veces mientras dure la promoción de la película en la que ambos participan, de forma que no solo ella se beneficie de la fama de él y él siga cultvando la imagen de galán que le corresponde, sino que también lo haga el filme, porque al público le encanta ver en pantalla a estrellas (supuestamente) enamoradas. Todos ganan. O ganaban. Porque ahora, en esta era dominada por Instagram y las tendencias, los noviazgos de ficción no son la única vía para conseguir visibilidad en los medios y las redes. La moda puede conseguir tanta o incluso más publicidad. Y si no, que se lo digan a Ana de Armas.
Ahora mismo, la decisión más trascendental que tiene que tomar una actriz en ascenso no tiene tanto que ver con elegir proyectos, como con elegir la estilista adecuada. Son poquísimas las que tienen el poder suficiente como para conseguir ropa de las marcas más exclusivas, esas que aseguran el triunfo total en la alfombra roja y, en consencuencia, una imagen potente que va a aparecer en todos los medios de comunicación del mundo y se va a hacer viral. Una de ellas es Karla Welch, y no es ninguna casualidad que sea la estilista de cabecera de Ana de Armas.
Karla Welch está detrás de los espectaculares estilismos de Tracee Ellis Ross, Kristen Wiig, Justin Bieber, Olivia Wilde, Ruth Negga, Sarah Paulson, Elizabeth Moss… ¿Qué tienen en común? Una personalidad distintiva y arrebatadora, propulsada al infinito por la visión de Welch, quien se confiesa especialmente empeñada en que cada una de sus clientes pueda expresar su personalidad y estado de ánimo a través de la moda, más que imponer un look o una tendencia determinada.
El poder de Karla Welch, hoy por hoy, es prácticamente infinito: es la estilistas más poderosa de Hollywood, y de hecho aparece como tal en la última portada de «The Hollywood Reporter» que reúne a las 25 estilistas más relevantes del momento. Allí se traza su perfil profesional y su marca personal: evitar a toda costa los predecible y el aburrimiento. «La vida es demasiado corta», explica Karla. «Asumir riesgos es divertido».
La relación de Karla Welch con Ana de Armas se remonta a poco más de un año, cuando Ana debutó cómo seria aspirante a entrar en la Lista A de Hollywood (la más exclusiva, donde solo tenemos ahora mismo a Penélope Cruz). Lo hizo gracias a su papel en la próxima aventura de James Bond, una de las sagas cinematográficas más rentables de la industria estadounidense, y al éxito de «Puñales fuera», una película con menor presupuesot pero que le valió una nominación al Oscar.
Desde entonces, Karla Welch se ha encargado de poner a punto la imagen hollywoodiense de Ana de Armas, propulsada como la nueva sensación hispano-cubana del cine y atracción de la alfombra roja. Su estilo no es tan arriesgado como a Welch le gustaría, ya que Ana tiene un punto ‘lady’ muy fuerte, pero todo se andará. Nos hubieran encantado ver su colaboración de cara a la ‘red carpet’ de la Gala Met, pero como se ha suspendido tendremos que esperar a que se estrene la próxima película de Ana, en la que encarna a Marilyn Monroe. Dicen que el vestuario es espectacular.
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