Con un cameo en Sexo en Nueva York, una canción de rap en su honor, una misteriosa lista de espera y una historia que involucra a un icono del estilo de los años sesenta y un fatídico viaje en avión, por no mencionar un valor de reventa de casi el 200%, el Birkin de Hermès es algo grande.
Empecemos por el principio. Érase una vez, en 1983 para ser exactos, una actriz parisina llamada Jane Birkin, famosa por su belleza y su frescura, que se embarcó en un vuelo de Air France con destino a Londres. Dos días antes, su marido, Jacques Doillon, había atropellado intencionadamente su querida cesta de la compra, por lo que llevaba un bolso de sustitución sin más. Al final, se le cayó su cuaderno Hermès y comentó que ningún bolso era lo bastante grande para guardar todos sus papeles.
Por suerte, su padrino, Jean-Louis Dumas, entonces director general de Hermès, estaba sentado cerca. Se presentó y sugirió a Birkin que buscara un bolso con bolsillos para acomodar su exceso de papelería, antes de esbozar un diseño aproximado en el reverso de una bolsa. Así nació el Birkin, que debutó oficialmente en 1984. Mucho, mucho mejor que un zapato de cristal, creemos nosotros.
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A diferencia de los bolsos de Chanel que dominaron la década de 1980, el Birkin es discretamente lujoso y carece de logotipos chillones. Se distingue por un cuerpo semi estructurado, dos asas enrolladas, «pies» de ‘clou’ y un cierre de llave giratoria, que puede asegurarse con el candado y la llave que lo acompaña (diríamos que uno debería preocuparse menos por el contenido que por el bolso en sí, que entonces costaba una suma de 2.000 dólares y ahora se vende a partir de unos 8.800 euros).
Con 35 cm de ancho, se trataba una versión más pequeña (pero con la capacidad adecuada) del Haut à Courroies de Hermès, el bolso de viaje preferido del ex marido de Jane Birkin, Serge Gainsbourg. En la actualidad, el Birkin está disponible en otros tres tamaños: 25, 30 y 40 centímetros.
Tal vez se debiera al discreto estilo del Birkin o al hecho de que Chanel dominaba el mercado del lujo de forma extremadamente chic, pero este bolso, ahora icónico, tuvo un comienzo lento. Sin embargo, a mediados de los noventa había cobrado un impulso considerable y en 2001 se había convertido en el bolso de moda. Su estatus quedó sellado por Sexo en Nueva York.
En la cuarta temporada de la serie, la publicista Samantha Jones se enamora de un Birkin 35 rojo y le dice a Carrie: «Cuando me pasee por la ciudad con ese bolso, sabré que lo he conseguido». Tras descubrir que hay una lista de espera de cinco años, finge que el bolso es para su clienta, Lucy Liu, lo que no acaba bien. Si necesitabas más pruebas de lo difícil que es conseguir un bolso así, hace poco se descubrió que un «Birkin» azul que Carrie lleva en la quinta temporada no era, de hecho, el artículo genuino.
La reputación de la dificultad de conseguir el Birkin forma parte de su encanto. Los detalles sobre cómo comprar uno directamente a Hermès siguen siendo un secreto muy bien guardado, pero se rumorea que los clientes deben tener un historial de compras establecido con la marca y haber añadido los objetos de sus deseos a su «lista de deseos», un término que Hermès introdujo porque ya no ofrece una lista de espera tradicional (algunos conjeturan que en realidad nunca existió) y sólo entrega un número selecto de Birkins a cada boutique.
La escasez del Birkin tiene mucho que ver con el tiempo que se tarda en fabricarlo. Cada bolso tarda entre 12 y 18 horas en crearse, a manos de maestros artesanos que tienen que someterse a entre dos y seis años de formación antes de empezar a trabajar en el taller de marroquinería de Hermès. Además, la mayor parte del Birkin se cose a mano con la técnica de cosido a caballete característica de la marca.
Puedes comprar un Birkin en el mercado de reventa, pero prepárate para pagar un sobreprecio. Dada la dificultad de comprar directamente de la fuente, los Birkin de reventa cuestan al menos el doble del precio de venta al público, oscilando entre 17.000 y 34.000 euros por un modelo clásico en buen estado, y mucho más por algo muy especial (por ejemplo, el Birkin Himalaya de cocodrilo adornado con diamantes, que se vendió en una subasta en 2021 por más de 452.000 euros). Si te lo puedes permitir, es una inversión que merece la pena. Un estudio de 2017 reveló que el valor del Birkin ha aumentado un 500% en los últimos 35 años, y según un informe de 2020 de Knight Frank, una inversión en el bolso es mejor que las acciones o el oro.
Los fanáticos de los Birkin con ojos de águila pueden encontrar opciones de segunda mano en torno a los 9.000 euros, si están dispuestos a conformarse con un tono menos popular o uno con algo de desgaste y arañazos, con la excepción del querido bolso de Jane Birkin, que, con mordiscos de gato, arañazos y todo, se vendió en una subasta en 2021 por 119.000 euros. De hecho, ha habido un repunte en la búsqueda de Birkins desgastados después de que una vieja foto de Mary Kate Olsen llevando uno resurgiera en Reddit. En su Luxury Consignment Report, The RealReal escribe: «Hay un número creciente de compradores que buscan específicamente el je ne sais quoi que viene con un poco de desgaste».
Jane Birkin sólo tiene un bolso homónimo en todo momento (los vende cuando están viejos y estropeados), pero otras celebridades se rigen por el mantra de «cuantos más Birkins, mejor». Virgil Abloh poseía más de una docena de Birkins, Drake lleva años coleccionándolos (al parecer, para su futura esposa) y se dice que Victoria Beckham ha acumulado más de 100, pero todo esto palidece en comparación con los 200 que posee el empresario y miembro de la alta sociedad singapurense Jamie Chua, que se cree que tiene la colección más grande. Otras poseedoras notables del Birkin son Kate Moss (que supuestamente utilizaba el suyo como pañalera), Winnie Harlow, Rosie Huntington-Whiteley, Georgina Rodríguez o North West, que fue fotografiada con un Birkin blanco a la tierna edad de seis años.
Como bolso impregnado de la tradición de la moda, no es de extrañar que el Birkin haya sido objeto de arte (a veces polémico). En 2012, Francesca Eastwood -hija de Clint- prendió fuego a uno como parte de un «proyecto artístico» (afortunadamente, el bolso resultó ser falso); en 2014, Jeff Koons incorporó varios Birkin con antiguos propietarios eminentes a una instalación artística; y en 2019, el rapero Gunna lanzó una canción titulada Baby Birkin. Más recientemente, un NFT ‘MetaBirkin’ (una animación de un feto creciendo en un bolso Birkin) creado y vendido por el artista Mason Rothschild fue objeto de una demanda por derechos de autor, que Hermès ganó, lo que llevó a los fans de la marca a especular sobre cuándo la casa de lujo podría entrar en el metaverso.
Para aquellos que prefieren sus Birkins en la vida real, hemos rastreado la red para encontrar los mejores bolsos de reventa, que puedes ver más arriba. Si te preguntan, diles que es una inversión, y acertarás.
Vía: Harper’s BAZAAR UK
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