10 momentos de moda tan polémicos, que hoy no podrían volver a repetirse

1- Alexander McQueen y las mujeres maltratadas como metáfora

En 1995, Alexander McQueen -el diseñador más irreverente y políticamente incorrecto de todos los tiempos- presentó en la Semana de la Moda de Londres The highland rape, una colección inspirada en la problemática vecindad entre Inglaterra y Escocia, y el recelo, resentimiento y agresividad con la que Inglaterra ha tratado históricamente a Escocia. Para plasmarlo sobre la pasarela, vistió a sus modelos con trajes completamente rasgados y hechos jirones, dejando sus pechos y genitales al descubierto, y las maquilló con lo que parecían moretones y el rímel corrido. Sí: Escocia eran ellas, y se suponía que acababan de ser violadas.


2- Dolce & Gabbana y el abuso como recurso estético

A otro nivel llegaron los Dolce & Gabbana en 2007 con una imagen cuya composición parecía que simulaba un intento de agresión sexual; con Alessandra Ambrosio como protagonista, tumbada en el suelo, y un modelo en actitud desafiante y amenazadora sobre ella, reteniéndola, mientras un grupo de hombres observan la escena. Y eso no fue todo, ese mismo año utilizaron el mismo recurso, incluso todavía más gráfico y descarado, para publicitar el resto de sus líneas (tanto la masculina como la ya desaparecida D&G). Desde entonces lo de este dúo de diseñadores italianos ha ido de mal en peor: de sus pendientes racistas (no nos olvidemos de que para la colección de Primavera/Verano de 2013 decidieron hacer estampados y pendientes con la cabeza de una esclava africana), a la errática estrategia publicitaria que les costó la reputación y el negocio en China hace justo un año.

3- John Galliano y los sin techo como tendencia

En el año 2000 John Galliano presentó una colección de Alta Costura para Dior repleta de retales, patrones deconstruidos, prendas deshilachadas y estampados que emulaban el papel de los periódicos. Dijo haberse inspirado en los vagabundos que veía a las orillas del Sena cuando salía a correr por las noches. Algunos se mostraron muy críticos con la referencia del diseñador gibraltareño, pero lo cierto es que aquella colección, en concreto las piezas de los estampados de periódico, siguen siendo tendencia -sin ir más lejos, es el print estrella en la colección de otoño-invierno 2019 de Diane Von Furstenberg según Nathan Jenden- casi dos décadas después.

4- Sisley y las adicciones

Años después de que las campañas de Benetton desafiaran las mentes más estrechas, llegó Sisley y retomó algunos de los temas sociales del momento tratándolos con tanta o más crudeza que el grupo al que pertenece. En 1997 lanzó Fashion Junkie, una descarnada campaña en la que podíamos ver a dos modelos esnifando un vestido. Otras de las campañas que incluso llegaron a ser vetadas las protagonizó Josie Maran bebiendo leche de la ubre de una vaca, o Ana Beatriz Barros despatarrada y esperando a ser embestida por un toro. Ambas firmadas por el hoy funeste Terry Richardson.


5- Jean Paul Gaultier y los rabinos chic

Inspirado por la cultura y la vestimenta de la comunidad jasídica -un colectivo judío ultraortodoxo conocido por ser de lo más cerrado y estricto-, Jean Paul Gaultier presentó su colección Otoño/Invierno 1993, Rabbi chic, en París. Durante el show, la pasarela se iluminó con menoráhs y se sirvió vino kosher. Mientras, las modelos desfilaron ataviadas con prendas y peinados tradicionales masculinos. A pesar de la osadía, nadie se sintió especialmente ofendido e incluso hubo quien lo entendió como una muestra de aprecio por las tradiciones judías. Hoy no pasaría lo mismo.


6- Hussein Chalayan y las 1001 derivaciones del niqab

Con la colección presentada en Londres para la temporada Primavera/Verano 1998, Between, el diseñador turco chipriota reflexionó sobre la división cultural entre el mundo oriental y el occidental. El desfile exhibió varias modelos vestidas con velos integrales de distintas larguras que iban dejando al desnudo sus cuerpos progresivamente. Con ello, quiso reflejar la opresión que viven las mujeres musulmanas y su función sometida en la sociedad de determinados países, una metáfora que no muchos entendieron entonces, y que sería bastante impensable en los tiempos que corren.

Cuando Tom Ford llegó a Gucci a mediados de los noventa la marca languidecía. Cuando la dejó en 2004 la enseña italiana era una de las marcas más deseadas. Sin descuidar la parte del diseño, lo cierto es que Ford convirtió el sexo en su mejor reclamo. Tanto, que si bien al principio sus colecciones y campañas tiraban de prendas y poses sugerentes y evocadoras, al final acabaron pareciéndose más a una escena de una película porno que otra cosa. En 2003 se vino tan arriba que le dio por afeitar el vello púbico de la modelo Louise Pedersen en forma de G, y mostrárselo al mundo entero (porque por aquel entonces la cosificación de la mujer todavía no era un tema a debate). En esa misma campaña, firmada por Mario Testino, también pudimos ver a Carmen Kass con la cabeza de Adam Senn entre sus piernas, como si estuviera a punto de practicarle sexo oral, y tumbada boca abajo sobre su regazo, como si estuviera a punto de recibir un azote en el culo.

8- Miu Miu en la era pre-selfie

Antes de que a cierta gente le diera por arriesgar su vida al hacerse selfis en acantilados y similares, Miuccia Prada se adelantó al movimiento sentando a la actriz y cantante Hailee Steinfeld -que por aquel entonces tenía solamente 14 años- sobre las vías de un tren, para la campaña Otoño/Invierno 2011 de Miu Miu. Bruce Weber fue el encargado de retratarla. Las imágenes no tardaron en retirarse de la circulación vistas las quejas recibidas por la marca alegando una actitud irresponsable por mostrar a un niña en una situación de peligro. En la misma tesitura se encontraron cuando saltó la polémica a raíz de su campaña protagonizada por Mia Goth, por mostrar a la intérprete con aspecto de adolescente -tenía 22 años, pero aparentaba muchos menos- en una pose demasiado insinuante.

9- Iris Van Herper y la de modelo, como profesión de riesgo

El discurso estético de la creadora holandesa Iris Van Herpen a veces es tan conceptual, que nos perdemos en él. Tanto es así que sus desfiles suelen estar más cerca de una instalación de arte que de una pasarela al uso. Una de sus puestas en escena más controvertidas tuvo lugar en 2014 en París, cuando literalmente envasó al vacío a varias modelos. Sí, sí, las metió en bolsas de plástico sin aire y las colgó de techo. Casualmente, esa misma temporada Chanel lanzó una línea de bolsos con packaging de celofán inspirada en los típicos productos envasados de los supermercados.

10- Louis Vuitton y el tabaco

Corría marzo de 2011 cuando Marc Jacobs cabreó a la liga antitabaco. Y lo hizo desafiando a su gran amiga y musa Kate Moss a fumarse un pitillo mientras cerraba el desfile con el que se presentaba una de las colecciones más memorables del diseñador estadounidense para Louis Vuitton -sí, aquella con tintes de la icónica cinta «El Portero de Noche» en el que también reaparecieron Naomi Campbell y Carolyn Murphy-. Curiosamente nadie dijo nada de los chupitos de vodka que se sirvieron entre el público mientras tanto, pese a no ser ni las 10 de la mañana.


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