\u00a1Qu\u00e9 novias tan distintas!; \u2018Acacias 38\u2019

QUÉ HA PASADO

• La familia Palacios celebra el bautizo de Moncho.

• Camino pregunta a Ildefonso si quiere casarse con ella.

• Felicia se encuentra con Marcos, un viejo amigo.

Todos los habitantes de Acacias están expectantes ante la celebración de la boda doble. Criados y señores conversan acerca de los regalos que les darán a los futuros esposos y también sobre las diferentes actitudes que muestran las novias.

Cinta está feliz, más ahora, que la situación en su familia ha mejorado bastante e incluso Bellita ha aceptado a Julio como miembro del clan.

En cambio, la expresión en el rostro de Camino dista mucho de ser de alegría, aunque intenta disimular lo mejor que puede. Esa misma mañana, la joven decide alejarse unos días del barrio para despejar su mente.

Ya recuperada, regresa a su casa el mismo día del enlace y lo primero que hace es hablar con Ildefonso. “No tengo dudas, me casaré contigo. Te di mi palabra y no pienso fallarte”, asegura.

Horas después, da inicio la ceremonia y ella camina con el semblante serio hacia el altar…

mientras que la cantante lo hace con una amplia sonrisa en los labios y del brazo de su padre.

Ambas ceremonias ponen el punto de felicidad que todos los vecinos necesitaban después de los trágicos sucesos a los que horas después les tocará volver.

Finalizados los festejos, los vecinos vuelven al otro asunto que les preocupa: descubrir a la persona que acabó con la vida de Marcia. La muerte de la muchacha ha dejado un gran vacío en sus amigos y seres queridos, en especial en Felipe. Este, tras conseguir sacar de prisión a Cesáreo, mantiene una conversación con él.

El sereno le cuenta que vio a Genoveva pasear por el parque en el que encontró el cuerpo de la brasileña: “Sospecho que ella fue quien le hundió el puñal en el pecho”. El abogado, colérico, se marcha a comisaría para comunicar esta información a la policía.

Minutos más tarde, vuelve a su apartamento acompañado de unos agentes que se llevan detenida a su mujer.

Por otro lado, la aventura de la paternidad parece que le queda algo grande a Antoñito, quien reconoce ante don Ramón que estar al pendiente de su bebé es lo más difícil que ha hecho nunca: “A veces, creo que no seré capaz de darle lo que necesita”.

No obstante, no piensa dejar que su esposa cargue con toda la responsabilidad de la crianza y le propone repartirse los cuidados del pequeño. Sin embargo, esta se niega: “Puedo ser madre y tendera a la vez”

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