Cuando el presidente de Estados Unidos tiene una doble faceta de multimillonario-celebrity, esto se refleja en cada uno de sus actos. Desde la decoración navideña de la Casa Blanca hasta la forma de celebrar la noche de fin de año. Donald Trump y su familia se han trasladado al sur de Florida, concretamente a su residencia de Mar-a-Lago, para celebrar el inicio de una nueva década con alfombra roja incluida.
"Vamos a tener un gran año", vaticinó Trump al llegar a su fiesta, y para comenzarlo de la mejor forma, el presidente y sus familiares lucieron como auténticas estrellas de Hollywood.
Sobrios y elegantes–pero sin perder el glamour–, Donald y Melania Trump se decantaron por el negro para despedir el 2019. Él con pajarita negra, prescindiendo del chaleco; y ella con vestido largo, sin mangas y repleto de lentejuelas doradas en el escote de Givenchy que combinó con stilettos del mismo color de Manolo Blahnik. Los detalles del vestido permitían prescindir de joyas, como ya hizo en su estilismo de Nochebuena, muy similar a este.
Tiffany Trump acudió a la velada acompañada de su novio, Michael Boulos, con un vestido largo en color gris perla y encaje negro con un favorecedor escote barco. Al igual que su ‘madrastra’, combinó su vestido con zapatos de tacón negros y redujo al mínimo los complementos, que en su caso, consistían en un bolso clutch plateado y una pulsera de brillantes. Su pareja–un joven tejano aunque de ascendencia libanesa y francesa, estudiante de finanzas en la City University de Londres–optó por un infalible esmoquin.
El tercer hijo del mandatario, Eric Trump, vistió de esmoquin con pajarita blanca y fue acompañado de su esposa Lara. La pareja fue fotgrafiada sin sus dos hijos: Eric L. Trump, de 2 años, y Carolina Dorothy Trump, de 4 meses. Lara lució un complicado vestido azul con cortes estratégicos en parte del vientre y la espalda y con un gran volante en la parte superior. Fue la más arriesgada de la noche y, para compensar la altura del escote del vestido decidió peinar su cabello en un moño desenfadado y escoger un maquillaje muy natural.
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La mayor de los hijos de Trump (y su "ojito derecho"), Ivanka, nos tiene acostumbrados a grandes estilismos y en una noche tan especial como la de fin de año, su elección no defraudó. Mientras su marido, Jared Kushner, lució un esmoquin, ella escogió un vestido largo de satén en color rojo, de cuello cerrado, con unas originales mangas que simulaban una capa y que combinó con stiletto negros de terciopelo. Al igual que su cuñada Lara, Ivanka recogió su cabello en un moño bajo con mechones sueltos enmarcando su rostro, pero, a diferencia de ella, sí acudió con dos de sus tres hijos: Arabella Rose (de 8 años) y Joseph Frederick Kushner (de 6 años); faltando su pequeño de tres años, Theodore James Kushner.
Aunque asistió la familia al completo, tanto Donald Trump Jr. y su esposa Vanessa como Barron Trump, el hijo adolescente de Melania y el presidente, prefirieron mantenerse alejados de los focos.
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