La modelo Sandra Gago se ha casado este viernes con el tenista Feliciano López. El enlace ha tenido lugar en Marbella y la celebración en la finca La Concepción. La maniquí ha lucido dos diseños, ambos firmados por Jesús Peiró. Son "100% Sandra", nos dice su diseñadora, Merche Segarra. La modelo, cuenta, "encaja de una forma especial con la firma y es una embajadora perfecta. Es muy fácil trabajar con alguien con quien compartes un estilo, Sandra siempre elige las opciones que más nos gustan en la casa".
Para dar el ‘sí quiero’ a Feliciano ha optado por un vestido blanco sencillísimo llamado Celosía confeccionado en crep enérgico, manga francesa, adornos florales y geométricos y un favorecedor escote barco que adquiere forma cuadrada en la espalda. Un diseño que, según ha revelado la firma, la novia ha combinado con un tocado back con brillantes de cristal de Murano y Swarovski entrelazados con hoja de terciopelo verde musgo y chantilly.
Para redondear esa imagen de novia sencilla, delicada y sofisticada Sandra Gago ha elegido en un día tan especial como este unos pendientes de oro blanco y diamantes en forma de gota y una pulsera de los mismos materiales que la joyería Rabat ha creado para ella junto con las alianzas de oro rosa con los nombres de Sara y Feliciano grabados que la pareja se ha intercambiado en el enlace. La de Sandra incluye un zafiro de color azul, así que el color que tradicionalmente llevan las novias en su boda no solo la acompañará un día sino que lo hará a partir de ahora. Y finalmente ha optado por llevar velo con cascada en tul de seda también diseño de Jesús Peiró.
La diseñadora Merche Segarra nos ha compartido su experiencia en el proceso de creación con la modelo. "Sandra es muy profesional y ha sido muy fácil trabajar con ella. Desde el minuto uno sabía lo que quería y nunca ha tenido dudas. Tampoco ha habido con ella esos momentos de estrés que suele haber con cualquier novia". La joven llegó con las ideas claras, sabía hasta el tejido que quería, revela. "Le mostré tres opciones de tejidos y no tardó en escoger uno. Lo tenía clarísimo, no lo soltó". Para Merche Segarra eso demuestra la "fuerte personalidad" que tiene Sandra. Sabe lo que quiere.
"Con el primer vestido tenía las ideas claras. Respecto al segundo, yo le mostré alguna opción y escogió un modelo de la colección que le encantó. A partir de este modelo hice un boceto con alguna modificación pensando en ella y sabiendo cómo era el otro vestido. Recuerdo que cuando lo vió me dijo: ‘Yo no sabía explicar lo que quería, pero es exactamente el dibujo que has hecho", nos cuenta la diseñadora. Después solo tuvieron que cambiar pequeños detalles embellecedores, que fue eligiendo Sandra. Todos los vestidos de Jesús Peiró llevan dos detalles que consiguen una mayor personalización: las etiquetas con el nombre de la novia y un amuleto. El amuleto es un "pequeño lacito de terciopelo azul que acompaña a las etiquetas", un detalle que tienen que llevar las novias como símbolo de buena suerte y que la propia casa ya proporciona.
Diseñadora y novia tuvieron una conexión inmediata desde el primer momento. Sandra le transmitía sus ideas a Merche y esta las plasmaba a la perfección, algo que también ocurrió en sentido contrario. Merche le explicó por encima a la modelo la esencia de la colección Heritage, mientras se preparaba para un vídeo que grabaron con algunos vestidos de la misma. Cuando le preguntaron por la colección, supo contar a la perfección el sentido que tenía. "Todo el equipo está encantado con ella; Sandra es adorable y su madre también. Ambas transmiten serenidad". La madre de Sandra ha estado acompañando a la novia a sus pruebas, ya que ella también ha llevado un diseño de Jesús Peiró a la boda.
El único momento en el que Sandra Gago tuvo dudas respecto al vestido de novia sucedió durante la grabación del vídeo que protagoniza, en el que presenta varios modelos de la colección Heritage. La diseñadora nos cuenta de primera mano cómo Sandra dejó con la boca abierta a todo el mundo. "Escogí unos 7 u 8 vestidos de la colección, que eran como una bandeja de pastas de té; todos diferentes entre sí y representaban todos los estilos de la colección. Dejé para el final uno muy especial, el que cerraría el desfile. Cuando se lo probó y salió, se hizo un silencio en la sala. Estaba espectacular.Ella misma dijo que tenía que llevar ese vestido en algún momento, pero después se dio cuenta de que no era para su boda. La grabamos con él y ese ha sido el único momento en el que Sandra tuvo una pequeña duda respecto al vestido".
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