Si eres una fan incondicional de Marie Kondo y sigues su filosofía a pies juntillas sabrás que deshacerte de todo lo que ya no te hace feliz no es solo un ejercicio de limpieza física, sino también mental.
Si no te da alegría a raudales, di adiós sin pena. Ese elemento ya no tiene cabida en tu vida. Esta premisa se puede extrapolar a casi todo en la vida (relaciones amorosas incluidas), pero si lo aplicas a la cocina, no solo conseguirás tenerla ordenada -algo imposible por arte de magia, aunque lo desearíamos- sino también adelgazar. Y no estamos de broma.
La razón, además de obvia, se sostiene por su propio peso: si lo tienes todo ordenado, las secciones y herramientas de la cocina separadas y el frigorífico lleno de alimentos saludables que te inviten a llevar a cabo recetas deliciosas, comerás más sano, más variado y tendrás más ganas de llevar un tupper de 10 al trabajo. Todo ventajas para tu salud, para tu dieta y para la limpieza de tu casa. Si note convencemos, espera: cuánto más limpies tu casa, mejor sexo tendrás. Pero estamos hablando de la cocina, que nos vamos por los cerros de Úbeda.
¿Cómo empezar?
En primer lugar, informándote. Sí, si quieres perder peso no vale solo con hacer alguna dieta milagro (cuidado que hay algunas altamente peligrosas) lo importante es que adquieras hábitos de vida saludables, ahí es donde entra el orden de la cocina, que no hace más que fomentar estos hábitos. Sigue a cuentas de Instagram como Futurlife o Carlos Ríos y ponte manos a la obra. El ‘Batch cooking’ será tu primera tarea: cocinar los domingos para tener durante toda la semana las comidas organizadas. Tras esto, llega la hora de poner en práctica lo que siempre dice Marie Kondo ‘tira todo aquello que no te haga falta’.
Tal y como establce Amaia Elías, diseñadora de interiores de Amai Studio y experta en el método de Marie Kondo el orden podría ser la clave para alcanzar buenos hábitos, o al menos, las metas que quieres llevar a cabo.
Ponte manos a la obra
Lo hemos atrasado, pero llega la hora de limpiar. Haz recuento de todos los alimentos que tienes en los armarios, el frigorífico déjalo para lo último ya que son alimentos perecederos. Ponle a cada cosa un lugar: las conservas en un armario, la vajilla y le menaje en otro sitio… así hasta que todo esté ordenado y clasificado. Pero sobre todo, que seas consicente de las cosas que tienes, de lo que necesitas y de lo que puedes prescindir. No hace falta que lo tires, lo puedes donar o regalar, pero eso sí, debes optimizar al máximo el espacio.
Tras esto, llega el frigo: pon orden, como diría tu madre. Sácalo todo, limpia a fondo la nevera y quédate con los alimentos que necesites, ha llegado el día de decirle adiós a los ultraprocesados, esta es la base de la limpieza. Si no los quieres tirar, consúmelos de forma puntual hasta que ya no queden más, pero lo más importante es que no los vuelvas a comprar.
Haz una lista de la compra con productos nutritivos, saludables y con los que puedas llevar a cabo recetas deliciosas para consumir en casa o llevar al trabajo.
Ten en cuenta algunas claves para que el pan sea exitoso, todo sea por adelgazar esos kilos de más y por mantener tus hábitos saludables en el tiempo.
–Limpia de verdad: es decir, prioriza alimentos y ten en cuenta que los ultraprocesados no son saludables bajo ninguna circunstancia. Los productos altos en azúcares refinados, harinas y sustancias insanas no deben ser, nunca, la base de tu alimentación.
–Elige bien: cuando vayas al supermercado a por las cosas que necesites, ten en cuenta que al menos un 50% de tu alimentación debe estar basada en frutas, verduras, y siempre debe haber proteínas en todas las comidas. Ya sea, carne, pescado o legumbres.
–Las grasas no son malas y el azúcar tampoco: las grasa y azúcares presentes naturalmente en los alimentos no son perjudiciales para la salud, siempre y cuando sean intrínsecos a ellos y no añadidios.
–Sé consciente de lo que comes: si comes sano, rico y apetecible todos los días, las veces que cometas excesos serás por que lo eliges conscientemente, y no pasa nada por hacerlo de forma puntual. Por ehjemplo, en el método de ‘realfooding’ está permitido un 10% de ultraprocesados en la alimentación, por lo que cuando ‘te pases’ lo harás sin culpa.
¿Te apuntas? Nosotras ya tenemos plan para esta tarde. Y es que, no hay nadie más sabio que Marie Kondo. Si ya no es útil, tíralo. Amén.
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