Supervivientes 2020 puede ser la última víctima del coronavirus. Si el virus que ha llevado a España al Estado de Emergencia Nacional ha parado programas como OT 2020, El hormiguero o Tu cara me suena, su siguiente víctima puede ser Supervivientes a pesar de los kilómetros de distancia.
El Gobierno de Honduras ha decretado un periodo de cuarentena a nivel nacional que incluye el cierre de fronteras -a excepción de la entrada de ciudadanos hondureños- y el veto del uso del transporte público, en un intento por contener la expansión del COVID-19, del que se han detectado seis casos, según ha informado 20 minutos.
Los aeropuertos están limitados porque nadie entra o sale de Honduras, algo que afecta de lleno al equipo del reality de Mediaset.
Por el momento, la única que habría podido volver a tiempo ha sido Beatriz Retamal, la primera expulsada, pero no parece que vaya a correr la misma suerte Alejandro Reyes, el hijo de Ivonne Reyes y Pepe Navarro.
Los concursantes no saben nada
La crisis sanitaria que se está viviendo a causa del COVIP-19 podría volar hasta los Cayos Cochinos. Al menos eso es lo que ha planteado Jordi González en la cuarta gala de Conexión Honduras. El presentador, en una noche sin público como medida de prevención, se dirigió a la cámara y envío un mensaje de concienciación y de apoyo: «Debemos mantener las distancias para que podamos abrazarnos con más fuerza».
El comunicador aseguró que el reality no pretende ser «una alternativa a las noticias porque la información en estos momentos en fundamental», aunque intentará amenizar nuestro aislamiento: «Lo que queremos es serviros de evasión, ofreceros un momento distendido para ofreceros una sonrisa, que nos traslade a la vida que teníamos hace unos días. Si os quedáis con nosotros os ofrecemos un momento de optimismo», dijo.
Pero no todos los familiares presentes en la gala estaban de acuerdo con esta idea. Antonio David, padre de Rocío Flores, y Christofer, novio de Fani, aseguraron que esta información podría ser perjudicial y contribuiría a desestabilizarles y ponerles más nerviosos.
Al final de la noche, Jordi González anunció que se trataba de «un debate abierto» y que el programa hará «un sondeo entre los familiares» para decidir qué hacer.
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